24 de junio de 2006

¡Viva la Lola!

A cualquier cosa le llaman arte urbano

ASTRACANADA LEGISLATIVA

EN UNA JORNADA

CON FINAL FELIZ

Y ACOMPAÑAMIENTO DE FANFARRIA




De la guisa que contemplan
en la foto superior
encontréme esta mañana
la pared del caserón
donde habito.

¿Quién ha escrito
-pregunté con frenesí-
semejante mamarracho
zafio, tosco, burdo y vil?
¿Fue acaso un energúmeno
alevósico y traidor
que pretende que al leerla
me pille una depresión?
¡Mayordomo! -grito al punto-
¡¡¡¡Mayordomo!!!!

¿Sí, señor?

¿Tú has visto lo que han puesto
con pintura o con espray
ensuciando la fachada
y cabreándome? ¡caray!

Ya lo vi, señor… ¿qué quiere
que le diga? ¡Es lo que hay!

¡¿Cómo?! ¡Y te quedas tan pancho!
Ya estás cogiendo un pincel
y a lo largo y a lo ancho
me repintas la pared.

No lo haré, señor -responde-

¿Cómo tal osas, felón?
-digo extrañado, pues Sigfried
siempre ha sido cumplidor-.

No lo haré porque no quiero
que me enchironen, señor,
que lo ha prohibido la L.O.L.A.
y obedecerla es razón.

¿Y quién, voto a tal, es esa
Lola con la que me sales
que hace que te me rebeles
me repliques y me enfades?
¿Quién, voto a Bríos, es esa
señora tan principal
que enajena tu sesera
y niega mi autoridad?

Aquí Sigfried se puso en plan dramático
y puesto en situación dodecasílaba
me recitó con docto tono enfático:

Dama alguna no es, señor, sino la última
Ley Orgánica de Libertad Artística
que aprobó ayer de forma democrática
el gobierno en sesión concurridísima
ordenando que “cualquier obra pictórica
o grafiti o pintada en la vía pública
se declare ‘pieza artística e histórica’
‘bien monumental’ y hasta ‘atracción turística’
-que para quien goza de las artes plásticas
cualquier tapia ha de ser propicia y lícita-.”
Y otrosí ordena que “si algún retrógrado
capitalista, fascista y burgués pérfido,
sea rico o pobre, sea médico o cartógrafo
sea ministro o militar, civil o clérigo,
se atreviera con alevosía y cólera
a cargarse alguna de estas obras únicas
con aguarrás, o con brocha, o con espátula,
confinado quede en una cárcel lóbrega
y sambenitado con coroza y túnica
pase el resto de sus días en la ergástula”.
Así que… si el señor me lo disculpa
no seré yo quien cargue con la culpa.

¡Me cago en la leche!
-exclamo indignado,
perdiendo los nervios
y echando venablos-
¡Si el plan ibarreche
se hubiera aprobado
te juro que menos
me habría enfadado!
¡Que venga el gobierno
con tal disparate
a decir que trague,
que peche y que aguante
si es que en mis paredes
a algún cagaescuerzos
le apetece un rato
hacer el cabestro!
¡Que un esgarramantas
tenga más derechos
que yo, que estos muros
compré con mi esfuerzo,
¡yo!, que por ahorrar y
poder al casero
pagar, ha veinte años
¡veinte! que no almuerzo!
¡¡Venganza!! ¡¡Venganza!!
¡¡Esto clama al cielo!!
te juro por éstas
que mañana mesmo
agarro las brochas
y me voy derecho
a la residencia
de tal desgobierno
que llaman Moncloa
y allí, por mis huevos,
les pinto un Goya,
dos Van Gogh, un Greco,
un Miró, “Las Lanzas”
de Diego Velázquez,
y a Quijote y Panza,
y como remate
un retrato ecuestre
de Franco en avión.
Y hasta que no acabe
juro, ¡vive Dios!
que no han de sacarme
salvo que sea con
los pies por delante
dentro de un cajón.

Y así que terminé tal parlamento
dijo Sigfried, que en esto es un portento:

Señor, si me permite una idea,
se puede aprovechar la coyuntura,
que si bien la pintada es ajena
es de usted la pared y la estructura
Y puesto que no hay ley que ilegitime
que el propietario de este arte moderno
-como es costumbre- al público lo time
montando de esperpentos un museo,
¿Por qué no trata de sacar tajada
cobrando a quien contemple la pintada?
Creo yo que se puede, según miro,
matar así dos pájaros de un tiro…
Le llamamos “Museo de La Rueca”
usted almuerza, paga la hipoteca,
y en plan conceptual luego defeca
y hace una exposición de mierda seca.

Así que he puesto un marco a la fachada
y cobramos diez euros por la entrada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te lo tomes tan a pecho, querido escritor. Estoy de acuerdo contigo en que levantarte una mañana y ver la fachada de tu casa decorada de esa guisa puede cabrear hasta al lucero del alba. Pero tómate un buen té preparado por tu mayordomo a la inglesa - es decir, acompañado de emparedados, canapés de pepino, tartas de grosella, bizcochos recién horneados en casa y demás delisandwiches - y después reflexiona sobre lo de irte a emular a Miró a las puertas de la Moncloa.
Si amenazan con la Lola por querer culpar a un pobre artista anónimo de la decoración gratuita de las paredes exteriores de tu residencia, ¿ crées que a tí te van a condecorar por hacer lo propio en el Palacio Usurpado?
Ya se inventarían una Salomé a su medida, como vienen haciendo desde que desgobiernan España,para aplicártela con todo su rigor.
Hoy por hoy, el embudo, mal que nos pese, los arropa a ellos por su parte más ancha.
Cuida tu hígado... aunque yo debería hacer lo mismo.
Un saludo.
Don Cato

Anónimo dijo...

Que atrevimieto tan grave
y que tristeza me envuelve,
al ver, querido escritor,
que nos joden los de siempre.
Y nos joden a sabiendas
de que ni LOLAS ni LECHES,
que en la casa de uno mismo
no pueden pintar sandeces.
Si te faltare una mano
para decorar moncloa,
o si quisieres de paso
decorar al presidente,
cuenta pues con las dos mias
que para labor tan grande
como máxime respuesta
para ayudarte se ofrecen

Enrique Gallud Jardiel dijo...

¡Excelente! Mi más sincero elogio por este escrito.