
Tras dos días de total imposibilidad creativa, esta tarde he llamado a mi presencia a Sigfried, mi mayordomo.
(Sigfried, por si no se lo había dicho antes, a veces se vuelve negro, a pesar de su origen palenciano, pero por vergüenza no suele hacerlo delante de mí. Normalmente tiene la pálida apariencia flemática de todo buen mayordomo inglés).
- ¿Pero no habíamos quedado que era de Palencia?
- ¡No me interrumpas, Sigfried! ¿Es que un mayordomo inglés no puede ser de donde le plazca?
Sigfried se ha mantenido, pues, en un respetuoso silencio, esperando mis órdenes.
- ¡Sigfried! No sé qué escribir hoy en el blog. Y ayer tampoco escribí. Haz algo.
A los diez minutos, Sigfried ha aparecido de nuevo con un auto sacramental, un ensayo sobre física nuclear y un anuncio de calcetines, para que eligiera.
- No, Sigfried. No me refería a eso. Quiero escribir yo.
- Si el señor me permite una sugerencia…
- ¡Eso te estoy pidiendo! –respondo malhumorado-.
- Le recomiendo que lea algún libro que pueda inspirarle.
- Me parece bien. Elige uno tú mismo.
Al rato Sigfried ha aparecido con las “Meditaciones Transmodorras del Ectoplasma Intrametafísico”, de Kafka.
Pero estoy tan enganchado a su lectura que ahora no puedo parar para escribir. Así que he tenido que ordenar a Sigfried que escriba este post. Siempre se sale con la suya, el maldito.
2 comentarios:
Meditaciones de que...?????UIIIIII, no entiendo...jajajajaja
Ya nos hemos quedado con la duda de si Palencia existe de verdad; hoy precisamente leía por ahí en un blog que un señor contaba que había estado el domingo en Palencia acompañando a su mujer que canta un coro, ¿será verdad o estará metido en la trama para hacernos creer que existe Palencia?
Yo también estuve una vez en Palencia, viendo una exposición, pero lo mismo me engañaron y me llevaron a otro sitio. Cualquiera sabe.
Publicar un comentario