5 de junio de 2006

Hagiografías apócrifas: San Emeterio el Asceta

Según antiguas leyendas conquenses, vivió en el Cerro Socorro en época de los reyes godos un santo llamado Emeterio el Asceta, a quien se le atribuyen grandes virtudes y no menores barbaridades, por ser de natural entreverado de serrano y alcarreño.

Si bien el P. Francisco Clavel en su "Vita patrorum eclesiae hispanicae" (Toledo, 1623) no recoge testimonio alguno de la vida de este santo, investigaciones posteriores como la del catedrático Panduro Tortajada ("Martirologio moderno de la España Visigoda", Madrid, 1905) dan por demostrada la existencia de este santo, valiéndose entre otras fuentes de algunos escritos no publicados del P. Benito Feijoo.

"San Emeterio -dice el Dr. Tortajada- nació. De la fecha y circunstancias de tan feliz hecho nada hemos podido averiguar de cierto, pero sí podemos aseverar que nació. Es seguro que tuvo padres, al menos dos: padre y madre. También pudiera ser que Emeterio hubiera tenido algún hermano o hermana pero no queremos arriesgarnos a pecar de inconcretos en tan peliaguda cuestión, por lo que no añadiremos nada al respecto [...] También sabemos que probablemente San Emeterio fuera analfabeto, toda vez que no nos han llegado noticias de escrito alguno suyo, y sí de algunos hechos que cuadrarían a la perfección con semejante condición..."

San Ponciano, obispo y mártirD. Ramón Menéndez Pidal, intrigado por la oscura vida de este personaje decidió investigar en la leyenda popular y así rescató, investigando las leyendas (y de paso las gachas y el vino de cueva) en la cercana aldea de Las Zomas, un romance que incluyó en su libro "Flor novísima de romances viejísimos" (Madrid, Espasa-Calpe, 1939), y que les ofrecemos a continuación.

Algunos autores atribuyen el "milagro de la boina", que en él se relata, a San Ponciano obispo y mártir (cuya imagen -muy venerada en Cuenca- pueden ver aquí, por no haber imágenes conocidas de San Emeterio; y no está demás advertir que no se confunda con el otro San Ponciano papa). No obstante, nos parece más probable la atribución de los hechos a San Emeterio el Asceta. Pero no entretengamos más a la audiencia, y escuchen la hermosa historia:

DE CÓMO SAN EMETERIO EL ASCETA FUE TENTADO POR EL DIABLO QUE APARECIÓSELE EN FORMA DE HERMOSA MUJER, Y DE CÓMO RESISTIÓ LA TENTACIÓN Y SALVAGUARDÓ SU VIRTUD

Escuchad nobles señores
y demás gente discreta
la historia de los milagros
de Emeterio el Asceta
que vivió cuarenta años
sin abrigo y en porreta
dedicado a la oración
y metido en una cueva
en el cerro del socorro
de la alredorá de Cuenca.

Estábase Emeterio
de mañana en oraciones
e aparecióse el malino
a facerle tentaciones.
Aparecióse en vestido
de muller de grandes dones
si no fuera que vestido
no llevaba, ni calzones,
sino que andaba la moza
como su madre echóle.

Vio a la vil moza Emeterio
e desnudo como iba
no llevando sino boina
que allí siempre se fazía
tapóse con ella partes
que pudendas se decían
porque la moza no viesse
lo que el santo allí tenía
e por su causa pecase
que fuera grand tropelía.

Acercósele la moza
con andares de serpiente
mostrándo tener más curvas
que el camino de la fuente
y a Emeterio preguntóle
por dónde se iba a Cañete.

Levanta Emeterio el brazo
alza la mano siniestra
e sujetó la su boina
con la otra mano diestra
e díjole al vil demonio
“Bajando por esa cuesta,
llegaréis, buena señora,
al camino y carretera”.

No se arredra el belcebú
y pregunta al asceta
sabiendo que a contramano
estaba esotra aldea:
“¿Podríais también decirme,
dónde queda Palomera?”
Turbóse el buen ermitaño,
¡nunca en tal otra se viera!
e rogóle al Señor
que en tentación no cayera.
E levantando otro brazo
señala hacia la derecha
“Por aquel valle, muller,
queda a menos de una legua”

¡Espántase el mal dïablo!
¡Mal salióle la su treta!
Que no va a poder tentar
a Emeterio el Asceta
que puestos en cruz los brazos
entrambas manos süeltas
fizo Dios grande milagro:
¡que la boina no cayera!,
e tuviérase tapando
bien firme e bien derecha
las partes nobles que el santo
no usa para coyuendas.
Bufando huye entre azufre
ved qué grandes gritos diera
Loado sea sant Julián
e nuestro Sennor lo sea
e la su bendita madre
que a Emeterio mantuviera
con los dos brazos en cruz
e la boina no cayera
e por modo de milagro
su virtud no padeciera.
Assí Dios nos guarde amén
por los siglos así sea.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

UMMMMMM.....jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.....si quieres borra luego las risas y eso..pero..jajajaja, joer ¡estas fatal!VIVA SAN PONCIANO...y los martires que ahi detras, que son bastantes..UN ABRAZO.=:)

Anónimo dijo...

Respuesta a Mesjetiu; extraída de un poema del libro "Las pasé Moradas en el Interior del Castillo", de Santa Teresa de Jesús.

"Es evidente que Dios en su glo-
ria se aprovecha de segundas cau-
sas, y se burla inclusive del pro-
pio diablo, provocándole las náu-
seas; pues la dicha boina como di-
ces, se sostiene por ley de natu-
raleza, ya que al ver el santo el pri-
moroso aparecer de aquella tur-
badora moza es justo y necesario
volverse “percha” lo que es palmario".

Enrique Gallud Jardiel dijo...

Genial. Me ha divertido más que si lo hubiera escrito yo mismo, (que soy quien más gracia me hago). Le propongo que realicemos conjuntamente un florilegio de vidas de santos y lo llevemos a la Conferencia Episcopal para que subvencionen la publicación.

Anónimo dijo...

"Pos se agradece, Bernardo" (la frase es de Les Luthiers, pero la hago mía)... en preparación la Vida de San Ponciano Obispo y Mártir. Si tiene usted más santos, D. Enrique, habrá que hacer un nuevo flos sanctorum como vuesa merced propone, y si no nos lo publica la Conferencia Episcopal siempre podemos chupar del frasco de las subvenciones públicas...

Anónimo dijo...

El usuario anónimo soy yo... ¡pitorra qué mal va el este trasto!

Anónimo dijo...

Las virtudes de nuestro ilustre santo son un ejemplo a imitar.
¡Cuán penoso que los pecadores de a pie no estemos a la altura de tales virtudes!
Pero ¿dónde consiguió la boina, que me compre yo otra con la misma virtud?

-Lobetum-