25 de febrero de 2007

Sin complejos

Un morro que se lo pisa
Rectifico.

Siguiendo los sabios consejos que me deja el dilecto náufrago, Julio, en un comentario a mi anterior artículo, he decidido que lo de ser como miss Cantabria no es motivo de acomplejamiento, sino de pingües beneficios por el morro.

De todas formas, como yo no tengo hijos y no puedo demandar a nadie, he decidido usar otra reciente variante del asunto de sacar cuartos de la nada, la versión "novia gallega" (véase ilustración adjunta... ¡ah!, ¿que ya se habían fijado?)

Pues eso, que voy a probar el mismo timo. Así que mañana iré al banco a pedir un pequeño préstamo que cubra los gastos de:

- Convencer a una amiga de que se haga pasar por mi esposa (me sale más barato que casarme de verdad, y además mi contrato también lo prohíbe).

- Pagar el viaje de novios de ambos a Cancún.

- Comprar allí algo de munición y un detonador baratito.

- Tabaco para tres días de prisión.

Y luego, de vuelta en España, a recuperar con creces el importe del crédito vendiendo mis fotos a Interviú, y la historia de mi desventura a algún programilla casposo de sobremesa.

Aunque, ahora que lo pienso, el hecho de que yo no tenga complejos no quiere decir que los de Interviú vayan a aceptar mis adánicas fotos (no saben lo que se pierden).

Otra opción es hacer como que salgo del armario, que también me puedo forrar. Luego donde dije digo digo Diego, y santas pascuas.

Pero esta opción es más peligrosa. ¿Se imaginan si Zerolo me tira los tejos?

......¡¡¡Qué escalofríos de espanto, madre!!!......

Seguiré pensando en alguna otra forma de forrarme. No puede ser tan difícil. ¿Dónde le dan a uno el carnet de político profesional?

24 de febrero de 2007

Complejo


Me está entrando complejo de "Miss Cantabria".

Es que en mi contrato también dice que no puedo tener hijos.

Pero vamos, el aforismo "quien no quiera que no firme" que valió para mí, también vale para las misses.

Esto me recuerda a otra gran frase, del eximio cazador de garduñas V. Lang Reo: "aquí no capamos a nadie".

20 de febrero de 2007

As Time Goes By

Nuestras vidas son los ríos, que van a dar a la mar, que es el morir

En 1987 yo…

- Dormía ocho o nueve horas.
- Los días laborables el despertador sonaba a las 8:30, los festivos a las 10:30.
- En media hora hacía los deberes del cole.
- No me perdía ni un solo día Barrio Sésamo.
- Coleccionaba minerales, cromos y sellos.
- Recibía llamadas de mis amigos.
- Con la paga semanal tenía para hincharme a chusmerías, y me sobraba.
- Los sábados y domingos por la tarde hacía cabañas y jugaba a los detectives.
- Mis amigos iban a la misma clase que yo.


En 1997...

- Dormía seis o siete horas.
- Los días laborables el despertador sonaba a a las 7:30, los festivos a las 8:30.
- En un par de horas como mucho había pasado a limpio los apuntes del día.
- No me perdía ni un solo día Los Simpson.
- Coleccionaba entradas de cine, encendedores y botellas vacías de Peché.
- Recibía cartas de mis amigos (luego vinieron los mensajitos SMS).
- Con la paga mensual tenía suficiente para cañas, cafés, tabaco y cine.
- Los sábados por la tarde me iba de litros con los colegas; los domingos de café y al cine con las chicas del coro.
- Mis amigos vivían en la misma ciudad que yo.


En 2007…

- Duermo cinco o seis horas.
- Los días laborables el despertador suena a las 7. Los festivos también.
- Nunca sé a qué hora voy a acabar el trabajo del día.
- No me pierdo ni un solo día el Telediario.
- Colecciono recibos del préstamo, facturas del móvil y tickets de gasolinera.
- Recibo e-mails de mi jefe y propaganda del Carrefour.
- Con la nómina hago equilibrios para llegar a fin de mes.
- Los sábados por la tarde trabajo de 16:30 a 17:30. Los domingos por la tarde ensayo con el coro de abuelas y me tiro dos horas y media de autovía para llegar a la facultad.
- Mis amigos viven en el mismo país que yo (los más cercanos a media hora de trayecto).


CONCLUSIÓN:

Antes, hacerse mayor era evolucionar. En algún momento entre 1997 y 2007 hacerse mayor comenzó a ser involucionar.

Creo que a ese momento le llamaban “hacerse adulto”.

Efectivamente, con los años la vida se va “adulterando”.



(Dedicado a Mesjetiu, que hoy cumple 29 tacos)


Ilustración: “Times goes by like water”, de Jospeh Vasak

18 de febrero de 2007

Subconsciente subjuntivo

Consciente - Subconsciente
El hecho de que Sigfried haya desvelado parcialmente mi identidad me viene muy bien para contar en La Rueca las muchas anécdotas de la vida parroquial de La Aldea del Arce. Por eso se ha librado de un despido fulminante. Bueno, por eso y porque es un hacha zurciendo calcetines (chúpate esa, inglés estirado).

A lo que iba. Imaginad la escena: Sábado por la tarde, Misa de catequesis, cuarenta y pico chavales de 3 a 14 años, diez catequistas, otras veinte madres y abuelas, y el que suscribe.

Llega el momento de hacer las peticiones, y como cada sábado, sube un crío de cada curso a pedir algo muy bonito y muy deseable. El último de la fila: un retaquejo de cuatro años, de los más peques. Se planta delante del micrófono y, con voz más o menos firme dice, tan plantao:

Por los niños del tercer mundo, que no tengan de comer...

Revuelo general. El nene que se calla. La catequista, apuradísima, se acerca y le murmura algo. Y el crío que continúa:

... que no tengan de comer y se mueran de hambre. Roguemos al Señor.

Y vuelve a su sitio tan campante. Los compañeros, retorcidos de risa. Los adultos, escandalizadísimos. Y yo, intentando contener la sonrisa por la inocencia del chaval, hago la aclaración pertinente después de medio imponer silencio.

- Supongo que lo que Saúl ha querido decir es: "Por los niños del tercer mundo. Que no tienen de comer y se mueren de hambre. Roguemos al Señor".

Pero me he quedado con la aterradora duda. ¿Realmente a cualquier niño le importa un comino la existencia de los demás? Y lo que es peor: ¿Nos importa a los mayores más allá de los buenos deseos y la tranquilidad de conciencia de dar algunos euros a Manos Unidas o a la ONG de turno?

¿Fue el de el chavalín un simple fallo gramatical (subjuntivo por indicativo) propio de la edad o reflejó el inconsciente colectivo innato de toda la puerca especie humana? La duda me corroe.


Ilustración: "Consciente subconsciente", de Manuel Coronado.

15 de febrero de 2007

Sigfried al aparato

Jeeves, mi ídolo
Queridos lectores de La Rueca:

Debido al escaso interés que muestra el señor (el del tejado) por actualizar este panfleto electrónico que escribe tarde mal y nunca, me he permitido agregarme como autor al mismo.

Quienes siguen estas páginas desde su inicio quizá hayan oído hablar de mí como el mayordomo del escritor. Quiero dejar claro que más que un mayordomo soy lo que se conoce como un "valet", un ayuda de cámara y secretario. Es decir: que no se piense nadie que le voy a preparar un sandwich de pavo a las tres de la mañana si viene a visitar nuestro tejado.

Por lo demás, y para no ser injusto con el señor, tengo que decir que anda muy agobiado últimamante. Está de exámenes, y no para de viajar de La Aldea del Arce a Valencia, y viceversa.

Además, el pobre tiene últimamente mucho jaleo en la parroquia. Pues, en respuesta a uno de nuestros habituales comentaristas, que preguntaba por la reunión en el bar el día de la nieve, hay que mencionar que el señor es el señor cura. Él se había callado este hecho no sé si por olvido, por equivocación, por vergüenza o por desidia. Hay que reconocer que los curas no están muy bien vistos últimamente.

Pero las cosas son como son: yo soy un sirviente y no me avergüenzo lo más mínimo.

En fin, queridos lectores, esta es mi carta de presentación. En adelante me dedicaré, como una más de mis múltiples tareas, a ir escribiendo por aquí cuando el señor no lo haga. Así que cuando se harten de no ver actualizada La Rueca, me llaman.

Sincerely yours.

Sigfried Frager, valet diplomado.