
En estas horas luminosas de la madrugada los espíritus y las musas campan a sus anchas sobre los tejados de la aldea... Horas propicias para escribir, para escuchar el piano sublime de Tete Montoliú, y también, por qué no, para empezar con este diario postmoderno que es un blog("moderno" por el uso de la técnica y "post" porque se publica).
Tantas cosas se pueden decir a estas horas... y tantas estupideces, sobre todo, amparado por el silencio y el anonimato... Pero de todo esto ya habrá tiempo. Se ventea en el aire el aroma de un verano aún por estrenar. Y un verano siempre es un verano, aunque algunos no tengamos vacaciones propiamente dichas. Habrá mucho que ver y mucho que escribir sentado en mi tejado. O eso espero, al menos.
2 comentarios:
Hay muchas horas propicias para hacer laguna actividad placentera: leer, reír, conversar, contemplar...
Me gustó tu texto. Saludos.
Jejeje, perdón, en lugar de "laguna", era "alguna".
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