Tengo a Santa Mula trabajando a destajo, la pobre. Y a pesar del mal trato que le doy, hace un par de días me trajo un regalo, una canción de Mecano, cuyo título da nombre al post de hoy, y que comienza así…
Negro, bajito y cabezón
Negro, bajito y cabezón
sólo pude ser peón 
de negras.
Lo más chungo en ajedrez.
Luego con arrojo y tesón,
y la estricta observación
de las reglas
llegué hasta peón del rey,
pero de peón
la única salida
es la revolución…
Cuando la oí reconocí la melodía, que debía estar en alguna parte del confuso baúl de mi memoria adolescente. No así la letra, espléndida metáfora (que no copio completa para no desatar sobre mí las iras de la SGAE). En fin, después de escucharla dos o tres veces mientras conducía en lo oscuro de la noche, no dejo de pensar la razón que tiene la cancioncita.
Me pongo en la piel de ese peón sufrido y cumplidor, que se deja la piel al servicio de su amo y al final consigue ascender a peón de rey. Pero entonces se da cuenta de que no deja de ser peón. Y de que lo único que ha conseguido con el ascenso es arriesgarse a que el monarca, que culea de estribor, le “enfile por Detroit”.
Así que el peón decide liarse la manta a la cabeza y de paso liarse a palos con quien puede, lamentando seguramente que las malditas reglas no le permitan ir hacia atrás para poder mandar a Parla al aprovechado del jefe.
Y si cayese, compañeros, no quiero que lloréis, no quiero… -aconseja nuestro héroe- "Con lo necesitada que está la reina -piensa el peón-, cuando estemos en la caja de las fichas le voy a añadir a la corona del rey un buen par de cuernos. Se lo tiene merecido. Por imbécil y por chulo."
Cuando se es peón, la única salida es la revolución… ¡Y cuánta razón tienes, compañero!
Cuando la oí reconocí la melodía, que debía estar en alguna parte del confuso baúl de mi memoria adolescente. No así la letra, espléndida metáfora (que no copio completa para no desatar sobre mí las iras de la SGAE). En fin, después de escucharla dos o tres veces mientras conducía en lo oscuro de la noche, no dejo de pensar la razón que tiene la cancioncita.
Me pongo en la piel de ese peón sufrido y cumplidor, que se deja la piel al servicio de su amo y al final consigue ascender a peón de rey. Pero entonces se da cuenta de que no deja de ser peón. Y de que lo único que ha conseguido con el ascenso es arriesgarse a que el monarca, que culea de estribor, le “enfile por Detroit”.
Así que el peón decide liarse la manta a la cabeza y de paso liarse a palos con quien puede, lamentando seguramente que las malditas reglas no le permitan ir hacia atrás para poder mandar a Parla al aprovechado del jefe.
Y si cayese, compañeros, no quiero que lloréis, no quiero… -aconseja nuestro héroe- "Con lo necesitada que está la reina -piensa el peón-, cuando estemos en la caja de las fichas le voy a añadir a la corona del rey un buen par de cuernos. Se lo tiene merecido. Por imbécil y por chulo."
Cuando se es peón, la única salida es la revolución… ¡Y cuánta razón tienes, compañero!
2 comentarios:
Jejejejeje....EL PRIMEROOOOOOOO!!!!!Nada chico, a liarse la manta a la cabeza y que nos muevan!!!¿TE LO CREISTE?YAAAA....de eso nada, bien es cierto que a veces parecemos peones...pero lo bueno o novedoso del asunto que NOSOSTROS, vamos a cambiar las reglas de "nuestro" peculiar tablero de ajedrez..podremos mover hacia atras, a los lados...VIVA LA NOVEDAD Y LOS CAMBIOS, evolucionar no es estar en contra, sino avanzar con lo nuevo..Pienso yo. Ale que ya lo llevas bien, jejejeje...Por cierto te estoy mirando "eso".
Un abrazo
......Y cuanta verdad.....querido escritor. Me traes a la memoria numerosos recuerdos, pues hemos luchado juntos en algunas batallas siendo, ni más ni menos, que tristes "peones de negras" . Pero seguiremos luchando y desde aquí me ofrezco para luchar incondicionalmente en vuestra guerra y por vuestra causa, sin aspiraciones de ser más que eso, um peon negro.
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