8 de diciembre de 2006

Canonización fulminante

Alegoría de la Constitución de 1812
No me explico el poco interés que parece haber suscitado mi anterior artículo (este). ¡Con lo que me curré el plagio!

Aunque… sí. Quizá estas ausencias se deban a que mis lectores habituales se han ido de puente. Claramente porque no han leído mi diatriba contra dicha práctica, que si no de qué…

Lo que no saben es que este ha sido el puente de la “Inmaculada Constitución”… o al menos así lo ha dicho esta tarde la locutora de Punto Radio en el resumen informativo de las 20:00.

Que sí, se lo juro, lo ha dicho como se lo estoy contando.

Aunque últimamente la pobre constitución, de todo menos inmaculada.

6 de diciembre de 2006

Las nuevas cañadas de la Mesta

BeeeeeeAntiguamente millones de ovejas recorrían media España cada año en busca de mejor clima. Después se inventó la estabulación masiva y la trashumancia cayó en desuso.

Al menos eso fue lo que me explicaron en el colegio.

Sin embargo, circulando esta tarde por la autovía Madrid-Valencia, me he dado cuenta de que la trashumancia sigue vigente: en cuanto tienen un rato libre (puentes, los llaman), millones de cabezas de ganado siguen recorriendo media España en busca de mejor clima.

Sin embargo, mientras que la trashumancia de los tiempos de la Mesta era un invento realmente útil para la economía pecuaria yo me pregunto si el ganado actual se ha percatado de lo perjudicado que sale de sus nuevos tráfagos por las nuevas cañadas.

Permítanme que me una a D. Luis de Góngora y Argote, aquel a quien Quevedo le untaba los versos con tocino (que no es un mal invento, creo yo), y proclame solemnemente, ante quien se va de puente:

¡Ande yo caliente
y ríase la gente!


Váyanse todos de casa
con el coche hasta los topes
reventando los motores
por llegar pronto a la playa
que yo me quedo en mi cama
a pasar esto del “puente”
¡Y ríase la gente!

Coman por las autovías
como pastan los rebaños
mientras les sacan los cuartos,
que yo pasaré estos días
arrimado a las parrillas
de las matanzas recientes
¡Y ríase la gente!

Cuando estén hasta los cuernos
de atascos y retenciones
yo estaré entre mis colchones
o al calor de mi brasero
Descansar es lo que quiero
y no ir “donde va Vicente”
¡Y ríase la gente!

Gasten muy enhorabuena
del otoño los ahorros
haciéndoles el agosto
a hosteleros y hosteleras
No me agrada esa manera
de hacer verano el diciembre
¡Y ríase la gente!

Pasen de vuelta del mar
volando por la autopista
y alégrenle así la vista
a las lentes del radar.
Más prefiero yo pasear
de la mañana al relente
¡Y ríase la gente!

Pues son tan locos de atar
que por tres días de asueto
vuelven peor que se fueron
con tal de “desconectar”
Desconecte por holgar
yo el “móvil” insolente
¡Y ríase la gente!

10 de noviembre de 2006

Ustedes dirán

Esto irá para largo
Me prometí a mí mismo no volver a hablar en La Rueca de política hasta que ésta me diera alguna alegría. Quizá ese sea uno de los motivos por los que publico tan poco últimamente: entre el Duce ZP imponiendo candidatos, vendiendo trozos de España a cambio de sangre y tratando de silenciar jueces; los jesuitas del Monasterio de Loyola acogiendo conversaciones con terroristas; la Eco-menestra Narbona pretendiendo que volvamos a la guarricie medieval; los políticos del tripartito tratando de emular a sus paisanos de “Tricicle” con sus payasadas; Piqué tratando de hacer desaparecer el castellano de cataluña; y los más diversos ediles de todo signo político enriqueciéndose a costa de las necesidades de vivienda del españolito hipotecado de a pie… ustedes me dirán, qué panorama.

Por fin hoy, en la prensa, aparecía un político diciendo algo sensato. Se trata del inefable José Bono, que respecto a la huelga de hambre del asesino De Juana Chaos ha declarado «ahora que amenaza con matarse en huelga de hambre, la pena es que no lo hubiese hecho antes de matar a 25 inocentes».

Lo que me resulta curioso es que dichas declaraciones, que a las nueve de la mañana de hoy aparecían en portada de los tres diarios que consulto cotidianamente, cuatro horas después han desaparecido incluso de los titulares del día, pasando de golpe al archivo. ¿Casualidad? No me sean ingenuos.

En fin, el pitote gubernamental que acabo de exponer me lleva a una reflexión: ¿Alguien se ha parado a pensar en lo falsa que es nuestra democracia?

No dudo que algunos, al leer mi pregunta, me habrán dicho inmediatamente: ¡Fascista! Pero como no tengo por costumbre hablar a humo de pajas, les argumento seguidamente mi afirmación, así que les ruego que sean tan amables de leer mi razonamiento, y ustedes dirán si tengo razón o no.

1. Según el DRAE, la democracia es: 1. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.

2. Con nuestro sistema, el pueblo puede intervenir exclusivamente ejerciendo su voto cada cuatro años respecto a los distintos gobiernos (central, autonómico, local). Acabadas las elecciones, el poder real, efectivo, de intervención política de los ciudadanos es nulo.

3. Una vez celebradas las elecciones los partidos políticos pactan entre sí como les viene en gana, sin consultar a sus respectivos votantes (por ejemplo, unos votantes del PSC estarán al favor del tripartito y otros en contra… ¿en qué porcentaje? Ni se sabe, ni se quiere, ni se puede). De esta manera se consigue que en lugar de gobernar el candidato elegido por una mayoría, se puedan repartir el pastel entre varias minorías. En ese sentido es más democrático el sistema de primera y segunda vuelta.

4. Formado por fin el gobierno, con o sin mayoría, en coalición o en solitario, el partido o partidos que lo detentan ejercen el poder mediante una férrea disciplina interna en la que no se deja lugar a discrepancias (díganme que sentido tiene mantener a más de 300 diputados, si ya se sabe de antemano lo que va a votar cada uno) y mediante un control de los medios de comunicación estatales y los afines a su ideología.

5. Si el pueblo está descontento por la forma en que gobiernan sus “elegidos”, viendo que no se ajusta a lo que antes de las elecciones se les prometió, no les queda otra que aguantarse hasta las próximas elecciones.

6. En caso de haber voces discrepantes con el sistema establecido se les tacha inmediatamente de antidemócratas, fascistas, retrógrados, reaccionarios, etc.

7. En conclusión, lo que llamamos democracia no es sino una forma maquillada y light de dictadura, en la cual, ciertamente, el dictador puede ser derrocado cada cuatro años, pero que durante ese intervalo tiene al pueblo con las manos atadas (y bien atadas, como dijo el otro), manteniendo el poder con independencia de si lo gestiona mal o bien.

Por tanto, y volviendo a la proposición 1, díganme: ¿Es realmente nuestro sistema político favorable a la participación efectiva del pueblo en el gobierno? ¿Predomina la opinión del pueblo en el gobierno político? La única respuesta honrada y lógica es: No.

¿Hay soluciones a este problema? Yo no tengo fórmulas mágicas, pero humildemente, desde mi tejado, propongo tres medidas para convertir nuestro sistema político en una democracia más real (no digo ya auténtica absolutamente, porque eso es una utopía).

En primer lugar la eliminación fulminante de la llamada “disciplina de partido”, de forma que se deje libertad de decisión a cada uno de nuestros diputados y senadores y concejales según sus propias ideas (que sin duda serán habitualmente afines a su partido, pero no siempre se identificarán con las ideas de “la cabeza”). Lo contrario muestra una profunda desconfianza y una mala conciencia en el poder ejecutivo, temeroso de que sus propuestas no sean capaces de convencer ni a sus propios compañeros o de que su eventual incompetencia les arroje de su poltrona antes de tiempo.

En segundo lugar establecer un sistema periódico (anual, por ejemplo) de consulta electoral que, a forma de referendum, permita a los ciudadanos interrumpir una legislatura y forzar unas nuevas elecciones (y déjense de esas inanes encuestas de “intención de voto” con las que de vez en cuando nos adornan los telediarios).

En tercer lugar, inculcar en los ciudadanos desde su más tierna infancia y por todos los medios el convencimiento de que el derecho a votar es más bien un deber de votar (eso sí es "educación para la ciudadanía", y no el bochornoso espectáculo de unas elecciones con casi un 50% de abstención).

Con este sistema al gobierno de turno, sea del “color” que sea, no le quedaría más remedio que cumplir su programa (por el que fue elegido) y procurar gobernar con habilidad, sabiendo que sólo así podrían mantenerse en el poder y sabiendo también que sus errores, actualmente impunes durante un periodo determinado, (un periodo en el que la memoria de los votantes suele diluirse) se pagarían a corto plazo.

¡Hala! A ver quién es el guapo que me dice ahora que mi propuesta no es el rien va plus de la democracia.

3 de noviembre de 2006

Vuelta a Hogwarts

¡¡¡Slytherin!!!
Este fin de semana el claustro de Hogwarts se vuelve a reunir -¡por fin!- en Los Palancares.

La verdad es que ya os echaba de menos a todos, aunque las rutinas semanales, los jaleos laborales y los agobios puntuales no le dejan a uno mucho tiempo para la nostalgia.

Pero ya sabéis que, aunque no os escriba, ni os llame, ni dé señal alguna de vida (yo soy así) siempre sois un gran apoyo, un buen recuerdo, un motivo de esperanza para seguir trabajando, aunque sea en esta perdida aldea del arce, este mundo de muggles que tan poco tiene que ver con nuestro mundo mágico. En apariencia.

Después de todo, la magia está allí donde nosotros queramos.

28 de octubre de 2006

Yankee Go Home

Cómo me revienta este bichoDesde anoche y durante toda la mañana los niños de mi pueblo, cargados de calabazas dentudas, están aporreando mi puerta y tratando de fundir el timbre para soltarme eso de "¡Truco o trato!" Por supuesto, Sigfried tiene orden de hacer oídos sordos.

Lo siento mucho, pero en mi casa se celebra a Todos los Santos y se conmemora a Todos los Fieles Difuntos, como hicieran ya mis bisabuelos. Además, cuando uno lleva toda la mañana estudiando el neopositivismo del Círculo de Viena no está para según qué cosas.

Si por lo menos vinieran a representar el Tenorio...

11 de octubre de 2006

De este agua no beberé

¡Yo que juré que nunca en mi televisor aparecería esa academia de éxitos prefabricados!

¡Yo que dediqué mis más encendidas soflamas a favor de los cantantes tradicionales!

¡Yo que ponía como chupa de dómine a quienes, cual borregos, se apasionaban por las venturas y desventuras de bisbales y poyeyas!

Yo, en suma, que dije “De esta agua no beberé” y “Este cura no es mi padre”.

(Por si algún lector es poco perspicaz o se acaba de levantar de beatífica siesta, me estoy refiriendo a Operación Triunfo)

Pues bien, se ve que los productores conocían de mi inquina hacia su criatura televisiva y, refrán por refrán, dijeron: “¿No quieres caldo?... Toma tres tazas”.

Porque resulta que el otro día me informaron de que en la edición de este año habría una concursante conquense; es decir, paisana. Y claro, uno tiene que hacer patria (primera taza).

Pero es que para más INRI, la concursante en cuestión es conocida mía, y la verdad es que canta muy bien (segunda taza).

Y, lógicamente, no sólo seguiré el programa con interés sino que, por amistad y patriotismo, haré campaña activa a su favor, incluyendo -vaya por Dios- publicidad por Internet del programa que tando denigré (tercera taza).

Así que, por una vez, y sin que sirva de precedente:


Se llama Cristina Esteban. Es conquense. Tiene 16 años. Estudia guitarra y canto en el Conservatorio Provincial de Música. Estudia en el I.E.S. Pedro Mercedes, participa en la Parroquia de Ntra. Sra. de La Paz y canta en el Coro de la Catedral.

¡¡¡Y va a ganar Operación Triunfo!!! ¡¡¡Ánimo, Cristina, que tú vales más que todos, guapa!!! ¡¡¡Viva Cuenca, su catedral y sus jóvenes!!! ¡¡¡Todos con Cristina!!!

(y ahora péguenme si quieren)

9 de octubre de 2006

Psicofonías Cibernéticas

Como te descuides tu pantalla acaba asíComo último capítulo -por el momento- de mi serie de artículos sobre “internetología” (y es que también me salen enganchados, como las cerezas), quiero manifestar mi profunda indignación -estoy seguro que compartida por mis lectores- por la invasión a la que nos tiene sometida la publicidad en internet.

En los comienzos de la red, se insertaba publicidad en las páginas web. Sin más, al estilo tradicional. Textos y links (vínculos) que desde la página que estabas visitando intentaban convencerte para llevarte a negocios o compras más o menos relacionadas con el tema del que se tratara.

Más adelante se inventaron aquello de los banners, que eran como los vínculos de antes pero con imágenes y texto en movimiento. A veces flotaban sobre el texto de la página, lo que los hacía bastante incómodos.

Viendo que los usuarios no sólo no compraban ni el palo de una escoba, sino que en la medida de lo posible no volvían a la página en cuestión, los publicistas se sacaron de la manga los pop-up; que eran como los banners pero se abrían por encima de la página visitada. Eran bastante difíciles de cazar cuando uno los perseguía con el puntero del ratón; pero al fin uno, ayudado de diversos programas ad hoc conseguía eliminarlos.

Y de repente los ingeniosos programadores rizaron el rizo y se inventaron los pop-up independientes y sonoros, que se abren a traición, en una página independiente, y sin relación alguna con lo que en ese momento estás haciendo.

Este tipo de publicidad no sólo es sumamente molesta, sino que provoca situaciones tan surrealistas como la siguiente:

Estás leyendo el último artículo de Juan Manuel de Prada mientras escuchas la cantiga 159 de Alfonso X el Sabio:

“Non sofre Santa Maria de seeren perdidosos
os que as sas romarias son de fazer desejosos.

E dest' oyd' un miragre de que vos quero falar,
que mostrou Santa Maria, per com' eu oý contar,
a us romeus que foron a Rocamador orar
como mui bõos crischãos, simplement' e omildosos…”

Y de repente te salta, sin saber de dónde, la Paulina Rubio cantando:

“Ni una sola palabra
ni gestos ni miradas apasionadas
ni rastro de los besos que antes me dabas”

Lo que, mezclado con la música medieval suena como un coro de demonios. Y cuando uno se pregunta si su ordenador no estará poseído y empieza a buscar en Google el número de un exorcista, se abre en pantalla completa un anuncio de tonos para el teléfono móvil.

No sé ustedes, pero yo preferiría lo de la posesión diabólica. Sería la solución más sencilla. Porque por más agua bendita que le echo al ordenador, no creo que vaya a conseguir que los pop-up dejen de atosigarme.

6 de octubre de 2006

El más listo del cementerio

Alegría, alegría, alegría…Arriesgándome a parecer lo que en mi tierra llaman un “cansino”, sigo contándoles mis peripecias por estos mundos de internet. Como habrán podido notar soy un curioso infatigable, y la más nimia de mis actividades provoca en mi intelecto un irrefrenable ansia de saber. Afortunadamente, ahí está internet para saciarla.

Ayer por la mañana estaba trasplantando unos esquejes de alegría. La alegría es una planta de hojas brillantes y flores rosadas, muy vistosa y de gran crecimiento (la pueden ver en la imagen de arriba). Creo que en mi pueblo todas las casas tienen alguna alegrando rincones soleados y rellanos de escalera. Pues bien, gracias a la wikipedia he descubierto que su nombre científico es “impatiens balsamina”.

Después de comer me tomé, como de costumbre, una taza de “té de risca”, infusión digestiva que se prepara con las hojas de una hierba muy abundante en la sierra,Qué rico que estási bien difícil de recolectar, que me recomendó una vieja curandera de Valtablado de Beteta. Me pongo a investigar y encuentro una página donde varios médicos me informan sobre la “jasonia glutinosa” y sus numerosas propiedades medicinales. De paso también les dejo una foto.

Y, ya en la siesta, mientras releo “La Tabla de Flandes” de Arturo Pérez-Reverte, llama mi atención la muletilla que uno de los protagonistas utiliza cuando va a lanzar, al ajedrez, un jaque mortal de necesidad: “A Pénjamo con dos haches”, dice el ajedrecista. Nueva búsqueda y… voilá, resulta que Pénjamo es un municipio del estado de Guanajuato (México).

Definitivamente, con esto de internet voy a conseguir ser, cuando me muera, el más listo del cementerio. ¡Qué barbaridad!

5 de octubre de 2006

Como las Cerezas

Menudo empachoLlevo una semana enganchado al ordenador. No he comido. No he dormido. No he escrito en el blog. No me he cambiado de ropa. No he salido a comprar tabaco (para eso está Sigfried)…

¿Que a qué se debe esto? Pues verán, yo entré el jueves pasado en Google para buscar información sobre una película del nuevo hiperrealismo kazakistaní, y como una cosa lleva a la otra y en internet toda la información está entrelazada (de ahí lo de llamarla “red”), en este tiempo ya me he convertido en un experto en cine asiático, elaboración de la copra, gachas a la antigua, urbanismo nómada y geología subabisal. Y es que las páginas web son como las cerezas: coges una y se enganchan otras tres.

No sé a ustedes, pero a mí me parece impresionante. Todo está en internet. Absolutamente todo (fíjense, estoy incluso yo). O sea, introduces en el motor de búsqueda “Agujeros Para Canutos”… ¡y hasta eso te da resultado! Es muy fuerte.

Como a Kant el estudio de la moral, este hecho me suscita tres preguntas: ¿Quién introduce toda esa información? ¿Dónde se almacena? ¿La capacidad de internet tiene algún límite?

No hace falta que me respondan. Estoy seguro de que encontraré la respuesta en Google.

28 de septiembre de 2006

Ingeniosos Hijosdalgo

En esto nos hemos quedado con el centenario
Tras mi última pataleta decidí cambiar de aires para sosegar mis ánimos. Pero como, tras las vacaciones estivales, el peculio anda algo mermado, decidí hacerlo en tierras cercanas; así que encargué a mi fiel mayordomo Sigfried que me preparara un viaje aceptable por las provincias limítrofes.

Sigfried, que es muy apañado, se puso a buscar por Internet posibles destinos y alojamientos mientras yo repasaba las nociones básicas de Noética Escolástica Aristotélica, que últimamente las tengo un poco oxidadas.

En estas estábamos cuando Sigfried se presenta en mi estudio con pálido semblante.

– ¿Qué te ocurre, buen Sigfried? ¿Has visto un fantasma o han vuelto a subir los tipos de interés?

– Señor… no sé cómo explicárselo. Mejor que venga usted mismo y lo vea.

– Ahora estoy ocupado, dime qué sucede.

– Lo siento, Señor, pero... verá... esto no lo va a creer si no lo ve con sus propios ojos -insiste-.

Yo, que ya me estaba comenzando a asustar, me coloco ante el ordenador y leo en la página de turismo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha:

“Castilla-La Mancha, tierra que universalizó Cervantes…”

¡PLOM!

(dos frascos de sales más tarde…)

– ¿Qué hago en el suelo, Sigfried?

– Se desmayó usted, Señor. Me parece lógico.

– Cancela lo de las vacaciones, Sigfried, nos quedamos en casa.

Aterrado corro a la biblioteca. Saco de su anaquel la edición del Quijote de Francisco Rico preparada por la Real Academia con ocasión del IV Centenario de la obra. Leo la portada: “Don Quijote de la Mancha”, proclama.

Confuso aún consulto también la edición impresa por Juan de San Martín en 1730: “Vida, y Hechos del Ingenioso Cavallero Don Quixote de La Mancha”, asegura.

Yo pensaba que nuestros bienmamados políticos se conformarían con reescribir la historia. ¡Qué ingenuidad! También hay que reescribir la literatura y, si se tercia, la geografía. Cervantes (un centralista vendido a Madrid, sin duda) falseó la realidad en el título de su obra. Don Quijote era de Castilla-La Mancha. Y esa secular omisión hay que enmendarla

Ingeniosos ellos, se empieza por convencer al público (bastante inculto en general, no me lo nieguen) de que Castilla-La Mancha ya existía en tiempos de Cervantes. A continuación se llenan las cinco provincias de molinos y de rutas (ficticias, huelga decirlo) que recorrió el Caballero de la Triste Figura. Acto seguido se organizan carísimos saraos donde airear el asunto ante periodistas, empresarios y políticos del ramo.

Supongo que lo siguiente será eliminar en el texto toda referencia extra-castellanomanchega, para lo cual propongo a nuestros ilustres próceres regionales un par de ideas:

1.- La derrota de D. Quijote a manos del Caballero de la Blanca Luna en la playa de Barcino (Segunda Parte, cap. LXIV) se puede situar, por ejemplo, a orillas del Canal del Trasvase Tajo-Segura, para dejar constancia histórica de lo antiguo y legítimo del mismo.

2.- El vizcaino que acomete a D. Quijote en el capítulo VIII de la primera parte puede transformarse en un exministro albaceteño que diga “Si promesaj arrojaj y votoj sacaj al agua cuán prejto veráj que el gato llevaj” (a fin de cuentas el vizcaino no hablaba tan mal castellano, en comparación con lo que se estilla ahora).

Eso sí, los habitantes de Quintanar de la Orden (Toledo) pueden continuar felices y contentos por aparecer en la historia y levantar en la plaza del pueblo un monumento a ese personaje que Cervantes inmortaliza en el capítulo IV de la primera parte: Su ilustrísimo paisano Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar… todo un ejemplo para el castellanomanchego de hoy.

El orgullo del pueblo

26 de septiembre de 2006

O todos, o al río

AVISO

LAS IMÁGENES CONTENIDAS EN ESTE POST, ASÍ COMO ALGUNOS TEXTOS, PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DE CUALQUIER PERSONA MÍNIMAMENTE NORMAL, CON INDEPENDENCIA DE SEXO, RELIGIÓN, IDEOLOGÍA, FILIACIÓN POLÍTICA O PREFERENCIAS CULINARIAS.

ROGAMOS A LOS LECTORES DE ESTÓMAGO Y MENTE SENSIBLE QUE SE ABSTENGAN DE SU LECTURA Y/O VISIONADO Y VUELVAN POR LA RUECA OTRO DÍA EN QUE SU AUTOR SE ENCUENTRE DE UN HUMOR MENOS COMBATIVO.

EL HACER CASO OMISO DE ESTA ADVERTENCIA NO DA DERECHO A RECLAMACIONES.

GRACIAS.

Dicho lo cual (y el que avisa no es traidor), entremos en materia. Navegando esta mañana por la prensa y blogs variados al respecto del sosiego de los ánimos tras el jaleo de las declaraciones del Papa, me he encontrado con un claro ejemplo de que en este reputísimo país, con la reputísima mierda de gobierno que tenemos y el poder judicial tocándose los cojones a dos manos, a cualquier hijo de su reputísima madre y de quinientos padres desconocidos le está permitido impunemente hacer burla de la manera más denigrante de los sentimientos y creencias de los católicos (y sólo de los católicos). El ejemplo al que me refiero es el siguiente cartel de un festival celebrado en Barcelona esta pasada semana:

¡QUÉ ASCO, POR DIOS!

Repugnante, ¿verdad? El hecho de que las autoridades competentes (¿?) permitan la publicación y difusion de imágenes de este tipo es una omisión grave del artículo 525 del Código Penal, que reza así:

1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

Y quien diga que el cartel de marras no tiene la clara intención de hacer escarnio de la fe católica y del cristianismo en general es un mentiroso, un demagogo y un hipócrita. Eso no es libertad de expresión, eso es DELITO. Así de sencillo.

Lo que me pregunto es: ¿Qué ocurriría si la imagen hubiera sido de Mahoma y no de Cristo? Que a estas horas los organizadores y participantes del festival (que por cierto, ¿cuántas subvenciones públicas habrá tenido?) estarían, por obra y gracia de nuestros aliados Mojamé-y-no-me-toques más tiesos que la mojama... o al menos unas cuantas embajadas estarían ardiendo.

Eso sí, como al Papa, a cualquier obispo, cura, monja o católico de a pie se les ocurra dar, en público o en privado, su opinión sobre la homosexualidad... ¡lapidación mediática! ¡inquisidores! ¡fachas! ¡a la sacristía!

¿Pues saben que les digo? Que si la democracia es esto, me cago mil veces en la democracia (a este tipo de "libertad de expresión" sí que se apresuran a llamarlo fascismo los cabrones que nos desgobiernan). Yo tenía entendido que la democracia era, ante todo, diálogo y respeto.

Seguramente a alguno/a de/a mis/as lectores/as no le gusta el post de hoy. Entiendo que el lenguaje empleado dista muchísimo del habitual en mis escritos y el tema es "políticamente incómodo". Lo siento mucho (mentira, no lo siento en absoluto) pero estoy HASTA LOS COJONES DE TANTA PUTA HIPOCRESÍA y no me apetece moderarme. Al contrario, ahora mismo voy a pedirle al cura de mi parroquia que cuelgue en la puerta este otro cartel.

Qué tiempos aquellos

Y que quede claro que esta imagen y los insultos proferidos en este post no son fruto ni de la homofobia, ni del ultraderechismo. Simplemente, como dicen en mi pueblo "O follamos tós o la puta al río" .

21 de septiembre de 2006

Con 408 CV por banda

El de la historia debía ser algo parecido
Al hilo de un comentario a mi artículo anterior hecho por mi vecina Bichillo acerca de esa curiosa afición del tuning (que es algo así como convertir un coche en una feria de pueblo), he rescatado un texto que recibí el otro día por e-paloma mensajera.

Es una historia real, o al menos así la presenta su anónimo autor. Y la voy a copiar aquí textualmente, tal y como me llegó, en lugar de modificarla o elaborar al respecto un texto propio, por tres motivos:

El primero, porque la historia en sí me encantó tal y como está, y quizá al tratar de mejorar su estilo perdiera algo de sabor popular.

El segundo, porque a mi juicio ilustra a la perfección el perfil barriobajero y mostrenco del aficionado medio al tuneo.

Y el tercero, porque me parece tan magistral la actuación (y ulteriores palabras) del protagonista, que a falta de un monumento bien merece que desde La Rueca se pregone su hazaña.

No se la pierdan. Con ella les dejo:

"Resulta que llego el otro día a una terraza de un bar en mi pueblo (Griñón) con el A6, mi mujer y yo. Aparco justo enfrente de las mesas y sillas y al lado de un pedazo de Mercedes 600 SEL V12 con matricula M....NM; o sea, que si no me equivoco es del 1992 más o menos.

Bueno, a lo que vamos, nos sentamos justo enfrente de los dos coches y creo que el dueño era un cincuentón que estaba tomando algo con su mujer a nuestro lado. En esto llega un 206 "ultrastreetrayotunnig" en un color inexplicable y todo reluciente y -lo típico- con las ventanillas bajadas y la música de maxima f.m. a tope y pegando acelerones para que se oyeran sus "maxmegatubarros". Va el tío y aparca en doble fila detrás (en gran parte) del mercedacos y del mío. Se bajan dos pinpines con los pelos despeinados hacia arriba y engominaos hasta el culo, se quedan mirando el Mercedes y mi A6 y se sientan en la mesa de al lado con otros tres colegas que ya estaban en la terraza.

A la que venían a sentarse, el hombre del Mercedes le dice educadamente al chico que le quite el coche, que va a salir. El neng le dice que sí, que ahora mismo; y entre risas con sus amigos comenta por lo bajini que una mierda, que mucho coche pero que le va a tocar esperar un ratito.

Mientras él se regocija con sus amiguitos, los cuales también se partían el culo, el cincuentón del Mercedes, con el coche ya un rato encendido le toca el claxon y le dice que haga el favor de quitárselo. Y el niñato le dice "que te esperes hombreeee, tanta prisa y tanta polla" (palabras textuales) y el crío sigue bebiéndose su caña con los amigos de fondo partiéndose el culo.

Y ahora viene lo bueno:

Ni más ni menosEl tío del mercedes mete marcha atrás, acelera a tope con sus 408 CV que tiene el bicho (si no me equivoco) y le mete al del 206 un estacazo del copón que le empotra toda la puerta del copiloto para adentro medio metro por lo menos. Yo y todos los de allí nos quedamos así, menos el crío del 206 que se quedó blanco. Se abalanzan sobre el viejo todos los chavales y tres o cuatro tíos que estábamos allí les paramos los pies. El dueño del 206 le empieza a gritar al del mercedes que si esta loco, que si tal....

El cincuentón se baja tranquilamente (la mujer ni se menea, se queda sentadita) y le suelta al chaval que “creía que ya se lo había quitado” y que “no había visto el coche”, y le dice lo que para mí es la frase del siglo. Al loro: "MIRA HIJO PARA SER CHULO EN ESTA VIDA HAY QUE TENER COJONES Y DINERO. Y ahora saca los papeles que hacemos el parte; y no te preocupes, que la culpa la he tenido yo, pero tu coche se va ha quedar un mesecito en el taller, un poco más de lo que tú me has hecho esperar a mi".

La gente hasta aplaudía, el niñato no sabía dónde meterse y creo que no va a olvidar esa frase en su vida. Casi le pido un autógrafo al del mercedes, mi héroe… y hasta a la mujer, que ni siquiera hizo gesto de preocupación.

A todo esto decir que el mercedes ni siquiera se abolló."

¡OLÉ!

19 de septiembre de 2006

No era tan tonto

El mío es igualito, pero más sucio
Una de las frases que se me quedaron grabadas durante mi infancia fue la siguiente: “Eres más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina”.

Ciertamente, a mí el comportamiento de Abundio me parecía totalmente absurdo. Pero es que en la infancia uno tiene sus necesidades cubiertas y puede dedicarse a filosofar cómodamente y al calor de la estufa, como Descartes.

Luego uno crece, acaba la carrera, empieza a trabajar y se compra su primer coche. Al principio no dejas de contemplarlo embelesado por la ventana, mientras todo te parecen facilidades y ventajas: Te vas de vacaciones donde quieres, te evitas esos incómodos trayectos en tren y autobús de tu época de estudiante, viajas oyendo la música que te apetece, e incluso el gasto en carburante se te antoja poca cosa… “No en vano me he comprado un diésel, que 'chupa' poco”, piensas orgulloso. Sí, sabes que además del gasoil el coche lleva otros “pequeños” gastos periódicos en mantenimiento, pero… “La cuestión es que ya tengo coche, ya soy un hombre”, sigues pensando como un pimpín…

Pero, ¡ah, amigo!, cuando el coche cumple su primer año de vida, y a lo largo del segundo, empiezas a percatarte de la realidad. Y te das cuenta de que en dos años, amen de pagar religiosamente las cuotas mensuales; te has gastado más de dos mil euros en el seguro, otros cuatrocientos en cambiar las ruedas, alrededor ciento cincuenta en cada revisión y cambio de aceite y filtros, una media de veinte euros semanales en gasoil, noventa euros de impuesto de circulación. Sin contar con otros gastos como aparcamiento, lavadero, lámparas que se funden… “y espérate que empiece a tener que pasarle la ITV”, te dices temblando.

De todo lo cual deduces que era verdad otra cosa que te decían en la infancia: Que ser adulto es trabajar para ganar lo suficiente como para poder seguir trabajando.

Definitivamente, Abundio no era tan tonto.

18 de septiembre de 2006

Manual para asar sardinas

Sin comentariosA los archipámpanos del Islam no se les escapa ocasión alguna para desatar las iras de sus secuaces contra occidente, utilizando como excusa las más variopintas oportunidades, ya sean unas caricaturas de su profeta o la cita de un texto medieval en un discurso del Papa. (Ya se sabe que cualquier texto fuera de su contexto se puede convertir en un pretexto).

No voy a citar aquí las palabras exactas de Benedicto XVI (para leer el discurso completo, pincha AQUÍ). Quien ya las conozca, podrá darse cuenta de cómo han sido tergiversadas por nuestros amigos los del Corán y las bombas para sus turbios fines, que no son tan turbios, por otra parte, sino bien claros: Conquistar el mundo para el Islam -como manda su profeta- por medio de la yihad o guerra santa. Para lograr eso todo vale. (¡Cuidado con las fiestas de moros y cristianos, que son la próxima excusa!).

Lo peor, pues, no es la salvaje reacción islámica, fundamentalmente porque de los Mohamé-y-no-me-toques se esperan acciones de tal jaez en este caso o en cualquier otro que se les antoje (lo que no hace sino dar la razón a aquel emperador bizantino, Manuel II Paleólogo, citado por el Papa). No, lo pésimo, como señala mi admirado Juan Manuel de Prada en su artículo de hoy (léelo AQUÍ) ha sido la reacción de personajillos varios de nuestro panorama nacional.

El papa no es estoEn primer lugar, la de nuestro particular Payaso de Asuntos Exteriores, el "menistro" Moratinos (o Desatinos), que se ha apresurado a explicarle a sus amigos que el Papa ha pedido perdón. Pues no. El Papa ni hace el oso, ni es un osito mimoso.

Según la declaración hecha pública el pasado sábado por el Secretario de Estado, cardenal Bertone: “El Santo Padre está, por tanto, vivamente disgustado/afligido (dispiaciuto) de que algunos pasajes de su discurso hayan podido sonar como ofensivos a la sensibilidad de los creyentes musulmanes y hayan sido interpretados de un modo que no corresponde en absoluto a su intención”.

Por su parte Benedicto XVI durante el Ángelus de ayer, domingo, aseguró “En este momento deseo solo asegurar que estoy profundamente triste (vivamente rammaricato) por las reacciones suscitadas a raíz de un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Regensburg”. O sea, que son las intrepretaciones torticeras y las reacciones desmesuradas lo que aflige al Papa, no su discurso.

A Moratinos, pues, habría que colgarle frente a los ojos un cartel con esta espléndida frase de Antonio Machado "Si cada español hablase de lo que entiende, y de nada más, habría un gran silencio que podríamos aprovechar para el estudio”.

Eso por un lado, pero por otro tenemos el ruin artículo publicado ayer en El País por un tal Juan Luis Cebrián, a la sazón académico de la lengua y consejero delegado de la Hermandad de Jesús del Gran Poder (Grupo PRISA y Jesús Polanco, en la jerga civil), que en lugar de cargar contra el terrorismo musulmán carga, como siempre, contra la Iglesia Católica, y de paso contra la historia de España.“Sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista ibérica, podríamos -¿quién sabe?- haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina”, dice el académico esgarramantas (AQUÍ el artículo completo).

A nuestra caterva de socialistos se les ha olvidado que el Papa Juan Pablo II, en nombre de toda la Iglesia, ya pidió perdón (aquella vez sí) por todo eso que tanto les gusta recordar, en una ceremonia celebrada durante el Jubileo del año 2000 (véase AQUÍ), hecho que recuerdan y reconocen, aun a regañadientes, hasta los propios musulmanes (en ESTA página web).

No, no es propio de nuestros gobernantuchos reconocer con gallardía los aciertos del contrario. Es más útil manipular la historia e inventarse otra que justifique su famosa alianza de civilizaciones, que a su vez no es sino una forma peregrina de justificar su forma de desgobernarnos. Me pregunto si de verdad piensa el académico esgarramantas que sin la Reconquista, España sería ahora diferente en algo a Indonesia; o si Europa, sin la victoria de Lepanto entre otras cosas, no se llamaría ahora “Emiratos Europeos Unidos”.

Sardinas españolas, leña vaticanaPero… qué preguntas más tontas me hago. Estos tipos quieren hacer de España su sardinada particular. Por tanto, crea o no el tal Cebrián sus afirmaciones, la cuestión aquí es aprovechar la trifulca de los moros con el Papa para hacer leña del árbol caído. Estos desgraciados necesitan esa leña para seguir alimentando la hoguera en la que arriman el ascua a su sardina.

13 de septiembre de 2006

Chapuzas a domicilio

Los reyes de la chapuza
Yo estudié enfrente de un colegio de curas (el presupuesto familiar no alcanzaba para más). Esta situación propiciaba por parte de los clericales pupilos ciertas bromas de mal gusto relacionadas conmigo y con el término“acera de enfrente”. De pupilos de aquellos dejé un par de cementerios llenos, y las bromas se acabaron cuando le robé las novias simultáneamente al capitán del equipo de fútbol, el solista del coro y el sacristán del colegio. Pero eso es otra historia.

El caso es que en cierta ocasión, uno de los curas, observando que un servidor pasaba las horas muertas tumbado al sol sobre el tejado del colegio (como ven la cosa viene de antiguo) me preguntó qué hacía allí.

“Descansar”, le contesté sin comprender cómo se podía preguntar algo tan evidente. El religioso curioso siguió con sus requerimientos:

- Y... ¿de qué descansas?.

- Yo es que nací cansado, mire usted.

- Pues has de saber que la mejor manera de descansar no es dejar de trabajar, sino cambiar de actividad.

- Eso implicaría, padre, el estar realizando alguna tarea antes de descansar, lo que no es mi caso.

- Entonces trabaja en algo.

- ¿Para qué? Según su argumento el trabajo sólo sirve para descansar de otro trabajo previo, y dado que yo no estoy realizando ninguno no veo motivo alguno por el que haya de comenzar ahora a hacer otra cosa distinta de lo que estoy haciendo.

Viendo el cura que a base de sofismas yo iba a acabar derrotándole en el campo de la filosofía, optó (algo mosqueado) por pasar al terreno de la moral.

- ¿Tú no sabes que la pereza es la madre de todos los vicios, niño?

- Por eso descanso, yo a las madres les tengo un gran respeto.

El pobre clérigo se alejó murmurando entre dientes algo sobre la falta de respeto de la juventud. La cuestión es que a mí aquella curiosa paradoja sobre el cambio de trabajo como forma de descanso se me quedó rondando un rato en la cabeza, hasta que una mosca que pasaba por allí reclamó mi atención.

Aquellos tiempos infantiles de descanso infinito pasaron (¡ay!). Como recordarán los que hayan leído mi anterior artículo, en la actualidad mantengo una feroz pugna con un número astronómico de ALPA (Asuntos Laborales Pendientes Acumulados). Es el caso que ayer, mientras terminaba las tareas del día, recordé por primera vez en muchos años al cura aquel tan interesado en mi laboriosidad y pensé: “Ya que con la cantidad de cosas que tengo que hacer no es cuestión de tomarme un día de descanso clásico, ¿por qué no pruebo aquella curiosa teoría?”.

Dicho y hecho: Desde hace meses tengo en casa un par de apliques que quería colocar en el pasillo, una estantería para el cuarto de baño, unas barras de cortina para la escalera, unos cuadros esperando ser colgados y los altavoces del home cinema colocados de cualquier forma junto al televisor. Así que, para descansar del trabajo de despacho que me ha ocupado en la última semana, me decidí a emprender hoy una prometedora carrera como experto en bricolaje.

Sólo puedo decirles que el cura aquel me mintió vilmente. Y que después de cenar aún tendré que ponerme a colocar las dichosas cortinas, sin contar con la recogida de herramientas que desde las ocho de la mañana he ido regando por la casa.

Está claro que la próxima vez descansaré como lo he hecho toda la vida. Que por otra parte es la única manera posible.

6 de septiembre de 2006

Matemáticas postvacacionales

ARTÍCULO ERUDITO Y DIDÁCTICO PARA
ILUSTRACIÓN DEL PÚBLICO EN GENERAL
Y REFUTACIÓN CIENTÍFICA DEL TAN CACAREADO SÍNDROME POSTVACACIONAL

Mi muy estimado D. Enrique Gallud, en su comentario a mi anterior artículo me otorgó graciosamente la personalidad de la señora o señorita de la fotografía, lo cual no deja de halagarme. No obstante he de decir que dicha imagen sólo es el resultado de una búsqueda de "postvacacional" en Google. He de aclarar que mi aspecto actual se parece más bien al monigote que ha aparecido al introducir en el mismo buscador la palabra "agobio", el cual pueden vuestras mercedes contemplar en la imagen de la izquierda.

Pero no me quejo, porque la culpa de mi agobio no es de ningún síndrome postmoderno inventado por ciertos psicólogos con afán de pingües ganancias. No señores, la culpa es exclusivamente de nuestras amigas las matemáticas. Sigan leyendo y hallarán el porqué, amén de aprender cosas muy interesantes.

Desde tiempos remotos se había creído que el trabajo aumentaba de forma azarosa, la gente que no tenía otro remedio se ponía a trabajar sin pararse a pensar en la naturaleza de sus tareas. Sin embargo, a partir del s. XVI, tras una lección magistral al respecto dictada por Fray Luis de León después de aquellas prolongadas "vacaciones" que terminaron con la frase "Decíamos ayer..." el mundillo académico se dividió en tres corrientes.

Por un lado los seguidores de Boecio creían que el trabajo aumenta en progresión natural o aritmética (una tarea se sucede a otra, sin más), tal y como defendía el filósofo en su "De Consolatione Mathematicarum".

Por otro lado estaban los que, siguiendo lo expuesto por Aristóteles en su libro segundo de la "paranoia", defendían que el trabajo aumenta en progresión geométrica (las tareas se multiplican por sí mismas durante el tiempo de descanso).

Finalmente la mayoría de exegetas, ateniéndose a lo escrito en el libro del Eclesiastés, aseveraban que el trabajo es vanidad sin fin, es decir, que aumenta eterna e inexorablemente ad infinitum.

Mientras tanto los iletrados seguían trabajando, convencidos de lo azaroso de su trabajo.

Así estaban las cosas hasta que en el s.XVIII el famoso jesuita y matemático portugués P. Manuel Do Souça Carvalho publicó su "Introduçao as ciencias do repouso e as suas derivaçoes no esprito" (libro sobradamente conocido por toda persona que se precie de mínimamente culta). En dicha obra el eclesiástico constató lo siguiente:

1.- La posición de Boecio es insostenible, dado que la experiencia nos dice que nadie tiene una única cosa que hacer en un momento dado.

2.- La defensa estricta y literal del texto del Eclesiastés, aunque cercana a la realidad, tampoco puede ser cierta, dado que hay gente que (inexplicablemente) consigue terminar su trabajo.

3.- La teoría de Aristóteles, si bien es atractiva, es demasiado simple. En efecto, no explica suficientemente por qué algunos tienen tan poco trabajo y otros se matan a trabajar sin parar. La diferencia entre ambos supera con creces la progresión geométrica.

4.- La postura tradicional se descarta directamente, porque la ciencia, desde Newton, nos enseña que en el universo todo está regido por unas leyes.

Por fin, tras arduas elucubraciones, el P. Do Souça formuló su acertada "Propiedad de Autogénesis Exponencial de los asuntos laborales pendientes acumulados durante las vacaciones", celebrada en su tiempo por toda la cristiandad y hoy comúnmente aceptada por toda la comunidad científica. Y, la verdad: ¿No les parece realmente asombrosa?

Bueno, para aquellos que no tengan a mano en este momento el libro del jesuita portugués, no estará demás repetir la fórmula de dicha propiedad, tal como la enunció el P. Do Souça: "Dado un número X de días de vacaciones (DV), los asuntos laborales pendientes acumulados (ALPA) que se encontrará el vacante a su vuelta será igual a la X potencia de X".

En lenguaje matemático la ecuación queda así: "X DV = X^X ALPA"

Es decir (por si aún no ha quedado claro):
-Cuando los DV son 2, el número de ALPA es de 4 (2 elevado a 2).
-Cuando los DV son 3, el número de ALPA es de 27 (3 elevado a 3).
-Cuando los DV son 4, el número de ALPA es de 256 (4 elevado a 4).

Imagínense, yo he tenido 35 DV, así que... lo siento, no voy a calcular mis ALPA, estoy demasiado ocupado intentando resolverlos o quitármelos de encima. Si alguien dispone de tiempo agradecería la aclaración.

4 de septiembre de 2006

Post-Vacacional

¿Y ahora cómo descanso de las vacaciones?
Mientras Sigfried deshace las maletas, lleva los bañadores al tinte y clasifica los recuerdos varios de nuestro periplo hispánico, que nos ha llevado de la serranía conquense a Guadalajara, pasando por Pamplona, Unquera (Cantabria), Orihuela y El Toboso (pero sólo por acortar, no se piensen), me siento de nuevo al teclado.

En tanto comienzo a reinstalarme mis recalcitrantes vecinos me preguntan con retintín por el síndrome postvacacional y las anchoas de Santoña, pero no me he traído ni uno ni otras. Que se fastidien.

Claro que, para fastidiarme a mí, han colocado sobre mi tejado un simpático invento pueblerino: el “Qué-sol-de-justicia-c’ace 2.0”, el cual mantiene la atmósfera del pueblo a la nada desdeñable temperatura de treinta y cinco grados. Luego se quejarán de que se les han secado los mirasoles.

Y mientras escribo, un cotidiano soniquete me recuerda que todo ha vuelto a la pérfida rutina: “Ha llegado el Juli, señora, el de todas las semanas. Vamos, parroquianas, que traigo melones, melones de Tomelloso, dulces como el caramelo. Melones, melones a cata y a raja. ¡Qué melones, señora!”.

Y así media hora.

¡Ay, Dios mío!

15 de julio de 2006

Viaje a la Serranía

Qué bien se está aquí
Esta mañana le he dicho a mi mayordomo Sigfried:

- Haz las maletas. Nos vamos.

A lo que me ha respondido con la consabida pregunta:

- ¿Mar o montaña, señor?

- Ahora montaña, en agosto ya veremos.

Que ya me he hartado de absorber rayos ultravioletas encima del tejado. Así que me voy a pasar una semana a la serranía de Cuenca, lugar que les recomiendo -entre otras virtudes- por el curioso fenómeno del frío repentino que llega apenas se esconde el sol entre las montañas.

Como aún no han descubierto el modo de conectar el ordenador a un pino, para que los lectores de La Rueca se entretengan en mi ausencia les dejo un refrescante romance fluvial de Gerardo Diego, y cuando acaben pueden curiosear por los nuevos enlaces que he dejado en la columna de la derecha.

Por cierto, como ya iba abultando la lista, he puesto por un lado los blogs en la sección "Y dicen otros..." y por otro los enlaces interesantes en "Date una vuelta...". Hay blogs muy recomendables, si es que sus autores no se han ido, como D. Enrique Gallud y yo. Algunos, como el náufrago D. Julio, y Douce, su perrita en lunas, actualizan desde la playa, una buena forma de refrescarse.

En fin, les dejo con el Romance del Júcar de Gerardo Diego:

Agua verde, verde, verde,
agua encantada del Júcar,
verde del pinar serrano
que casi te vio en la cuna

—bosques de sansebastianes
en la serranía oscura,
que por el costado herido
resinas de oro rezuman—;

verde de corpiños verdes,
ojos verdes, verdes lunas,
de las colmenas, palacios
menores de la dulzura,

y verde —rubor temprano
que te asoma a las espumas—
de soñar, soñar —tan niña—
con mediterráneas nupcias.

Álamos, y cuántos álamos
se suicidan por tu culpa,
rompiendo cristales verdes
de tu verde, verde urna.

Cuenca, toda de plata,
quiere en ti verse desnuda,
y se estira, de puntillas,
sobre sus treinta columnas.

No pienses tanto en tus bodas,
no pienses, agua del Júcar,
que de tan verde te añilas,
te amoratas y te azulas.

No te pintes ya tan pronto
colores que no son tuyas.
Tus labios sabrán a sal,
tus pechos sabrán a azúcar

cuando de tan verde, verde,
¿dónde corpiños y lunas,
pinos, álamos y torres
y sueños del alto Júcar?

Jugosos Premios

Si los exprimes sale jugo, ¿no?

En vista de que nadie ha acertado la solución al soneto truncado de ayer (era un acróstico de PSOE SGAE PRISA), pero todos sabían más o menos de quién hablaba, aquí dejo el premio para que lo compartáis.

¿Es que ya nadie se fija en las iniciales de los versos?

14 de julio de 2006

Adivina, adivinanza

¿ALGUIEN ME DICE DE QUIENES HABLA ESTE SONETO TRUNCADO*?
QUIEN ACIERTE SE HARÁ ACREEDOR A JUGOSOS PREMIOS
?
Pandilla de mangantes y mamones
Sabandijas, gusanos lamenalgas
Oportunistas, corruptos y traidores
Embusteros, talibanes, vendepatrias.

Señoritingos de chalé y verbena
Ganapanes con el sudor ajeno
Atracadores de despacho y cena
Estafadores de clepto-canonjía

Por último, para acabar el circo
Reyes del gran poder, propagandistas
Inventores de lo que nunca ha sido
Serviles fielos de Mammón bendito.
Ateos siervos del dios socialista.

* Soneto truncado: Forma poética que me inventé esta mañana mientras me afeitaba, a falta de mejor ocupación. Si ya existe, me lo avisan, y si no, exijo todos los derechos y cobrar un canon sobre rimas y endecasílabos.

11 de julio de 2006

Llanto y Coplas a la Muerte por Asfixia

Esto es un infierno, coronel Truman
Parece ser de razón
que a estas alturas de julio
calor haga.
Pero es que mi habitación
parece el mismo Vesubio…
¡que te cagas!

Todo el día la ventana
cerrada con siete llaves
y candados
y llega la madrugada,
vas tan contento, la abres…
¡treinta grados!

Pones el ventilador
y te echa un aire de saldo
revenido.
Y lo que es aún peor:
de los grifos sale caldo
de cocido.

A oscuras… ¡no veo el teclado!
pues da un calor virulento
la bombilla.
Y escribo de pie y quebrado
por no sudar el asiento
de la silla.

Mas como hasta en el infierno
el ser humano es muy desa-
gradecido
De la caldera en invierno
gruñiré que no calienta
y hace frío.

7 de julio de 2006

Coches, truchas y conspiraciones

Image Hosted by ImageShack.us¿Quién fue el cretino que dijo que las vacaciones son para descansar? No sé ustedes, pero a mí el verano me está sometiendo a un asedio solo comparable al de Jericó, salvo que los hebreos trompeteros amenizando el asunto se convierten en mi caso en un guirigay de cláxones. Pero, como dijo Jack el Destripador: “vamos por partes”, que precisamente les estoy destripando el final de la historia antes de tiempo.

Para mi suerte o mi desgracia la Aldea del Arce donde se ubica mi tejado está muy cerca de la A-3, o autovía de Levante, o del Mediterráneo, o comoquiera que le llamen ahora esos simpáticos zanganuelos del ministerio correspondiente. Sí, como saben o habrán adivinado, la A-3 es esa incomparable vía que une Madrid con Valencia (más el desvío a Alicante y Murcia pasando por Albacete). Pero además de servir de caminito verde que va a la playa, algunos desaprensivos entre los que me cuento la utilizamos para desplazarnos a los pueblos cercanos.

¡Oh prodigio del transporte! ¡Oh sempiternas musas de la velocidad! ¡Oh… oh… ostras… otro atasco!

(Tal ha sido mi más frecuente exclamación durante las dos últimas semanas)

Efectivamente, yo -que hasta ahora me suponía bendecido por los hados de la celeridad- en los últimos días he desperdiciado “conduciendo” un tiempo equivalente al que se tardó en escribir El Quijote al revés. Ya saben “…emradroca oreiuq on erbmon oyuc ed ahcnaM aL ed ragul nu nE”.

El primer día que tuve que perder una hora y cuarto para un trayecto de media hora pensé que algún loco de la velocidad había estampado su ostentosa maquinaria contra uno de esos pórticos que nos avisan de los muertos del año anterior; pero no era así.

El segundo día, pues, supuse que el gobierno, queriendo extender las entrañables costumbres madrileñas, había emprendido obras de mejora en el momento más inoportuno. Pero tampoco había obras.

El tercer día, harto de buscar explicaciones, aboné mentalmente la tumba de los parientes más cercanos de quienquiera que sea responsable del tráfico. Esto va a ser lo del carnet por puntos, pensé.

El cuarto día, al fin, mientras empleaba una hora en recorrer diez kilómetros (se lo juro) durante los cuales constaté que no había accidentes, ni grúas, ni obras, ni controles de tráfico, ni nada de nada, sospeché la verdad. Y tras pasar unos días corroborándola en fuentes fiables, se la ofrezco a continuación en versión original con subtítulos en castellano:

LOS ATASCOS SON NECESARIOS PARA EL PROGRESO ECONÓMICO DEL PAÍS… según unas sencillas reglas de tres. ¡Atiendan, atiendan!:

La distancia entre Madrid y Valencia es de unos 350 km., los cuales se pueden recorrer tranquilamente (a una velocidad de crucero de 120 km/h) en tres horas. Durante esas tres horas un vehículo medio consumirá más o menos veinte litros de carburante. Si el conductor es fumador quizá se fume cinco o seis cigarrillos. En esas tres horas el conductor tal vez haga una pausa en un área de servicio para hacer aguas mayores o menores, tomar un café o, todo lo más, almorzar o merendar. Además, como una autovía permite ir adelantando continuamente a vehículos más lentos quizá se consiga mantener una velocidad constante y ni siquiera sea necesario cambiar de marcha en todo el trayecto. Esa misma comodidad hará asimismo que el conductor vaya relajado y no cometa infracciones provocadas por el nerviosismo que producen otras carreteras convencionales, de las de un carril por sentido.

En resumen: ¡una ruina!. Una ruina total y absoluta para todo un sector de la economía española, ya que, en dicho viaje, el conductor se ha gastado directamente unos míseros treinta euros y ha sometido a su automóvil a un desgaste mínimo.

Es por ello por lo que el MAO (Ministerio de Asuntos Ocultos), en connivencia con diversas asociaciones y gremios y con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, ha creado un cuerpo especial de funcionarios: El TRUCHA (Técnicos en Ralentización de la Utilización Correcta y Habitual de las Autovías).

Los funcionarios del TRUCHA son provistos por el MAO de una flota de camiones viejos comprados de cuarta mano a una tribu de ganaderos de Libia, con las precisas instrucciones de entrar en las autovías en grupos de tres o cuatro apenas noten que comienza una operación de salida o de retorno, como las llaman en la tele. Una vez incorporados a la circulación ocuparán toda la anchura de la calzada y mantendrán una velocidad que en ningún caso debe superar los 7’28 km/h (cifra recomendada por los científicos del MAO, que la hallaron tras arduos trabajos multiplicando por dos el número PI). La Guardia Civil, por supuesto, tiene orden de facilitar la tarea de los TRUCHA.

De este modo se consigue que dicho trayecto resulte altamente rentable para la economía nacional, dado que el aparentemente sencillo viaje se convertirá en una odisea de duración indeterminada (alrededor de 14 horas, creo que es la media), durante la cual el conductor tendrá que repostar tres veces; tendrá que almorzar, comer, merendar, cenar, y si hay suerte pernoctar en un motel; se fumará hasta el pezón de un carro; someterá al embrague y la caja de cambios a un desgaste tal que se verá obligado a cambiarlos antes de septiembre; gastará íntegramente el cartucho de gas del aire acondicionado; y lo mejor de todo… sus nervios se desbocarán en tal grado que acabará haciendo alguna “pirula” de las de libro de texto, y allí estará la simpática parejita vestida de verde para imponerle la correspondiente sanción y quitarle de paso unos puntos, como si de un vulgar postoperatorio se tratase.

Es así como dicho conductor avaro, egoísta e insolidario habrá contribuido, muy a su pesar, a la buena marcha de toda una serie de gasolineras, restaurantes, talleres mecánicos, estancos, autoescuelas y agentes de tráfico; lo cual redundará indudablemente en beneficio del conjunto de la economía nacional.

E si non e vero, e ben trovatto…
¡Manda huevos!

3 de julio de 2006

Si puedes...

Rudyard Kipling
Hoy no tengo ganas de ponerme en plan combativo, y eso que motivos no me faltan. Podría hablar de la bajada de pantalones del gobierno ante los asesinos de ETA, de los remuevemierda de la supuesta memoria histórica; en fin, de cómo España se va al carajo…

En lugar de ello quiero dejaros a todos un hermoso poema de Rudyard Kipling titulado “If”, que bien merece un post. Y como no me convencían las traducciones que corren por Internet, (las poéticas son poco fieles al texto y las literales son poco literarias) he preparado una traducción nueva en verso que pongo a vuestra entera disposición. Se la dedico especialmente a todos los queridos soplaorejas que me ven donde no estoy (qui habeat audies audiendi audiat).


SI...

Si puedes mantener siempre serena
la cabeza cuando quien te rodea
la ha perdido y te trata de culpar…

Si cuando todo el mundo de ti duda
tu confianza en ti mismo está segura
pero a sus dudas dejas un lugar…

Si puedes esperar sin agotarte
en la espera; si a quien quiere engañarte
con mentiras no tratas de pagar…

Si te odian y al odio no das paso,
y sin embargo no pareces santo,
ni demasiado sabio en el hablar…

Si puedes soñar y no hacer del sueño
tu maestro; si alumbras pensamientos
mas las ideas no rigen tu obrar…

Si puedes con el triunfo y el desastre
encontrarte y con los dos farsantes
exactamente igual puedes tratar…

Si la verdad que has dicho -convertida
por malvados en una trampa urdida
para tontos- soportas escuchar…

O ver rotas las cosas que en tu vida
pusiste, y agacharte y construirlas
de nuevo con mellado instrumental…

Si puedes apilar de tus ganancias
todo el montón, y de un golpe arriesgarlas
a una carta, a un giro del azar…

Y perder, y empezar desde el principio
y sobre todo aquello que has perdido
ni una sola palabra susurrar…

Si corazón y nervios y tendones
puedes forzar mas allá de sus dotes
para jugar tu turno una vez más…

Y resistir con ellos cuando dentro
de ti solo quede en tal momento
la Voluntad diciendo: “¡Soportad!”…

Si hablando con las masas aún puedes
ser virtuoso, y paseando con los reyes
tu sentido común no abandonar…

Si ni el rival ni el más querido amigo
pueden herirte; si contar contigo
pueden todos, mas sin exagerar…

Si sesenta segundos son bastante
y puedes el minuto inolvidable
con su valiosa lucha completar…

Tuya es la Tierra y tuyo es todo aquello
que ella contiene; y -lo que es más bello-
e importante- hijo mío: ¡Hombre serás!

'If', by Rudyard Kipling

Como la imagen no se lee muy bien, aquí va el texto original.

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breath a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings - nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run -
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man my son!


Y aquí está la traducción literal...

Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero admites también sus dudas;
Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o, siendo engañado, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar lugar al odio,
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar-y no hacer de los sueños tu maestro;
Si puedes pensar-y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre
y tratar a esos dos impostores exactamente igual,
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos,
O ver rotas las cosas que has puesto en tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la Voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común;
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto inolvidable
con un recorrido de sesenta valiosos segundos.
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
y -lo que es más- ¡serás Hombre, hijo mío!


En cualquier caso, me encanta y creo que no tiene desperdicio.

1 de julio de 2006

Voluntarios remunerados

Cobrando voy, cobrando vengo...
Quisiera tranquilizar a mis lectores asiduos (creo que tengo alguno por ahí). La SGAE no me ha procesado por mi artículo anterior. De momento. Simplemente he estado en otros tejados desde donde no he podido escribir. No obstante regreso a casa con material más que de sobra… tengo varios temas en el tintero, pero me quema en los dedos especialmente un revolucionario descubrimiento. Hoy les voy a hablar del invento del siglo: el voluntario remunerado.

Hasta hace poco (dos días) uno en su bendita inocencia creía saber definir el moderno concepto de “Voluntario”: Esas personas que, principalmente durante las vacaciones, es decir, fuera del trabajo, prestan su apoyo a diversas organizaciones con fines altruistas (voluntarios de Cruz Roja, cooperantes en África, estudiantes de arquitectura en campos de trabajo, limpiadores de chapapote, monitores en campamentos parroquiales…) sin recibir normalmente más pago que la comida del día, una cama o saco donde pasar las noches, un ambiente más o menos lúdico donde hacer nuevos amigos y, lo mejor de todo, la íntima satisfacción de trabajar por una buena causa sin pensar en cosas tan viles como “nómina”, “trienio”, “horas extra”, etc.

Era clásica la pugna entre “remunerados” y “voluntarios”. Los primeros acusaban a los segundos de intrusismo, falta de cualificación, ausencia de compromiso estable, etc. Al contrario, los voluntarios acusaban a los remunerados de burócratas, distantes de la realidad o falta de compromiso profundo. En cualquier caso, los límites estaban bien acotados.

Así, por ejemplo, a ningún monitor de un curso estival de idiomas que hubiera sido contratado por la empresa organizadora y como tal cobraba por sus servicios se le ocurría ponerse la misma etiqueta de “voluntario” que a los seminaristas que desempeñaban gratis la misma labor en el campamento cercano.

Sin embargo, hace un par de días, en mi periplo por esos tejados del mundo, descubrí que los voluntarios de cierta asociación para la recuperación de la memoria histórica no son tales voluntarios, sino meros currantes a quienes la memoria histórica en cuestión puede traérsela tranquilamente al pairo porque a lo que van allí es a ganarse los garbanzos del verano.

Inmediatamente pensé: ¿En qué puede beneficiar a esta gente el ponerse la etiqueta de “voluntario”? Y yo mismo (a menudo me asombro de mi lucidez) me dí respuesta en el siguiente silogismo:

- Una asociación de ese cariz no puede presentarse en sociedad con visos de ánimo de lucro, entre otras cosas porque de ser así no percibiría las jugosas subvenciones que nuestro desgobierno socialistillo está deseando desembolsar a ese tipo de gentes.

- Por otra parte, muy pocas personas en su sano juicio tienen ganas de pasarse el verano a pleno sol removiendo huesos que les importan un carajo y además gratis.

- Conclusión: hay que sacar las subvenciones para poder pagar a gente que cave tumbas, como se les podía pagar para servir copas, que a ellos tanto les da con tal de cobrar. Y la única manera es presentarlos como “Voluntarios”.

Pues nada, yo también me apunto como voluntario a la asociación por la recuperación de la memoria histórica de la tauromaquia. Por el sueldo del mes ahora mismo firmo donde haga falta que me llamo Islero. Soy, voluntariamente, la reencarnación del toro que mató a Manolete.

25 de junio de 2006

Yo también quiero un canon

¡Insumisión Fiscal YA!
Manual rápido para Saber Ganar Algunos Euros sin dar un palo al agua...


Me levanté esta mañana con la noticia de que el desgobierno, aparte de la reciente aprobación de la L.O.L.A., ha reformado la ley de propiedad intelectual incluyendo, a instancia de la SGAE (¿se puede decir SGAE en internet?) el famoso canon o impuesto sobre CD’s, DVD’s, Reproductores de MP3, Fotocopiadoras, y en general sobre cualquier medio físico susceptible de reproducir contenidos protegidos por dicha ley… me pregunto si también recaerá sobre los cartuchos de tinta para impresora, las pizarras y tizas escolares y las tablillas de barro para escritura cuneiforme.

Asistimos, pues, a una regresión al feudalismo, donde cada grupo, asociación o peña vinculada al poder, tendrá el privilegio de exigir diezmos, tasas, pechos y gabelas, como aquellos que en la Edad Media se imponían sobre puentes, cruces de caminos y demás ocurrencias que el noble, abad u obispo de turno imponían para satisfacer sus necesidades financieras.

Es obvio señalar que tal medida, a más de una canallada me parece no sólo ilegal sino contra derecho. Se pretende con ella castigar por un posible delito a todo aquel susceptible de cometerlo. Algo así como si a todo el mundo nos dieran una solfa de guantazos preventivos, por si alguna vez nos hacemos merecedores de ellos. ¡Maravillas de la democracia! ¡Vivan las “caenas”!

Pero el común de los paganos no tenemos poder para cambiar este neofascismo con piel de cordero, así que en lugar de enrabietarme propongo a otras instituciones perjudicadas que exijan del gobierno similares medidas. A saber:

1.- Canon sobre cualquier comestible. Para resarcir a la industria hostelera de la insolidaridad de los ciudadanos y ciudadanas que cocinan en su casa.

2.- Canon sobre las tarifas telefónicas. Para resarcir a los autores de toda frase o texto registrado cuando éste sea pronunciado por el vulgo sin haber solicitado licencia del titular del copyright.

3.- Canon sobre cámaras y demás material fotográfico. Para resarcir a los fabricantes y vendedores de postales de las pérdidas producidas por los pérfidos turistas que toman sus propias imágenes de paisajes y monumentos.

4.- Canon sobre el combustible. Para resarcir a los taxistas, transportistas y conductores de autobuses de las pérdidas que les ocasionan los malvados conductores que recorren en su propio vehículo las rutas que ellos cubren.

5.- Canon sobre el agua potable. Para resarcir a los embotelladores de agua mineral de la perversidad de quienes aprovechan sus envases para rellenarlos gratis en diversos grifos o manantiales campestres.

6.- Canon sobre los productos insecticidas. Para resarcir a las empresas de “control de plagas” (antes fumigadores) de la sevicia de los ciudadanos que osan matar por su cuenta los insectos de su hogar.

7.- Canon sobre los periódicos. Para resarcir a los fabricantes de papel higiénico, papel de aluminio y gorros playeros de las pérdidas ocasionadas por los multiformes (y claramente abusivos) usos de la prensa escrita.

8.- Canon sobre las tarifas de conexión a Internet. Para resarcir a los editores de periódicos de las pérdidas ocasionadas por la racanería de quienes leen diarios digitales

9.- Y por fin, para no extenderme más, el mejor de todos: el día que los gilipollas vuelen, Iberia tendrá derecho a cobrar un canon a políticos socialistillos, cantantes intelectualoides, directivos de la SGAE y demás sobapoltronas y mamadores del erario público.

No nos callamos ni debajo del agua
POSTDATA: Es posible que a partir de este post la SGAE denuncie al pobre autor, le cierre el Blog y le cobre una multa que le obligue a embargar el tejado, como ocurrió con la Frikipedia. Por si a los señores oscuros Teddy Bautista y Pedro Farrés les queda alguna duda, les confirmo que apoyo la campaña en contra de su avaricia, su caradura y su prepotencia.

REQUETEPOSTDATA: Sin embargo, yo no cobro derechos de autor, así que autorizo a todo hijo/a de vecino/a a reproducir el texto/a de este/a artículo/a (corrección político-lingüística ante todo).

24 de junio de 2006

¡Viva la Lola!

A cualquier cosa le llaman arte urbano

ASTRACANADA LEGISLATIVA

EN UNA JORNADA

CON FINAL FELIZ

Y ACOMPAÑAMIENTO DE FANFARRIA




De la guisa que contemplan
en la foto superior
encontréme esta mañana
la pared del caserón
donde habito.

¿Quién ha escrito
-pregunté con frenesí-
semejante mamarracho
zafio, tosco, burdo y vil?
¿Fue acaso un energúmeno
alevósico y traidor
que pretende que al leerla
me pille una depresión?
¡Mayordomo! -grito al punto-
¡¡¡¡Mayordomo!!!!

¿Sí, señor?

¿Tú has visto lo que han puesto
con pintura o con espray
ensuciando la fachada
y cabreándome? ¡caray!

Ya lo vi, señor… ¿qué quiere
que le diga? ¡Es lo que hay!

¡¿Cómo?! ¡Y te quedas tan pancho!
Ya estás cogiendo un pincel
y a lo largo y a lo ancho
me repintas la pared.

No lo haré, señor -responde-

¿Cómo tal osas, felón?
-digo extrañado, pues Sigfried
siempre ha sido cumplidor-.

No lo haré porque no quiero
que me enchironen, señor,
que lo ha prohibido la L.O.L.A.
y obedecerla es razón.

¿Y quién, voto a tal, es esa
Lola con la que me sales
que hace que te me rebeles
me repliques y me enfades?
¿Quién, voto a Bríos, es esa
señora tan principal
que enajena tu sesera
y niega mi autoridad?

Aquí Sigfried se puso en plan dramático
y puesto en situación dodecasílaba
me recitó con docto tono enfático:

Dama alguna no es, señor, sino la última
Ley Orgánica de Libertad Artística
que aprobó ayer de forma democrática
el gobierno en sesión concurridísima
ordenando que “cualquier obra pictórica
o grafiti o pintada en la vía pública
se declare ‘pieza artística e histórica’
‘bien monumental’ y hasta ‘atracción turística’
-que para quien goza de las artes plásticas
cualquier tapia ha de ser propicia y lícita-.”
Y otrosí ordena que “si algún retrógrado
capitalista, fascista y burgués pérfido,
sea rico o pobre, sea médico o cartógrafo
sea ministro o militar, civil o clérigo,
se atreviera con alevosía y cólera
a cargarse alguna de estas obras únicas
con aguarrás, o con brocha, o con espátula,
confinado quede en una cárcel lóbrega
y sambenitado con coroza y túnica
pase el resto de sus días en la ergástula”.
Así que… si el señor me lo disculpa
no seré yo quien cargue con la culpa.

¡Me cago en la leche!
-exclamo indignado,
perdiendo los nervios
y echando venablos-
¡Si el plan ibarreche
se hubiera aprobado
te juro que menos
me habría enfadado!
¡Que venga el gobierno
con tal disparate
a decir que trague,
que peche y que aguante
si es que en mis paredes
a algún cagaescuerzos
le apetece un rato
hacer el cabestro!
¡Que un esgarramantas
tenga más derechos
que yo, que estos muros
compré con mi esfuerzo,
¡yo!, que por ahorrar y
poder al casero
pagar, ha veinte años
¡veinte! que no almuerzo!
¡¡Venganza!! ¡¡Venganza!!
¡¡Esto clama al cielo!!
te juro por éstas
que mañana mesmo
agarro las brochas
y me voy derecho
a la residencia
de tal desgobierno
que llaman Moncloa
y allí, por mis huevos,
les pinto un Goya,
dos Van Gogh, un Greco,
un Miró, “Las Lanzas”
de Diego Velázquez,
y a Quijote y Panza,
y como remate
un retrato ecuestre
de Franco en avión.
Y hasta que no acabe
juro, ¡vive Dios!
que no han de sacarme
salvo que sea con
los pies por delante
dentro de un cajón.

Y así que terminé tal parlamento
dijo Sigfried, que en esto es un portento:

Señor, si me permite una idea,
se puede aprovechar la coyuntura,
que si bien la pintada es ajena
es de usted la pared y la estructura
Y puesto que no hay ley que ilegitime
que el propietario de este arte moderno
-como es costumbre- al público lo time
montando de esperpentos un museo,
¿Por qué no trata de sacar tajada
cobrando a quien contemple la pintada?
Creo yo que se puede, según miro,
matar así dos pájaros de un tiro…
Le llamamos “Museo de La Rueca”
usted almuerza, paga la hipoteca,
y en plan conceptual luego defeca
y hace una exposición de mierda seca.

Así que he puesto un marco a la fachada
y cobramos diez euros por la entrada.

23 de junio de 2006

Publicidad engañosa

No es lo que parece
¿MÁS INTRIGA DE CURAS Y EVANGELIOS?... PUES NO, YA ERA HORA

Mi archienemigo el Maese Escriba, de quien no les había hablado aún, me hace llegar una denuncia por publicidad engañosa. Arguye el Maese que anuncio “La Rueca” como “libelo de pensamiento, cultura y opinión” (ver recuadro superior derecho), y que aún no ha visto nada a lo que pueda llamar cultura.

Supongo que buscará el Maese reseñas de teatro hipersurrealista o de pintores malditos… lamento decirle que no llega todo eso a mi aldea, y aunque llegara me seguiría pareciendo un concepto tan birrioso de arte que no lo comentaría. En su lugar hoy voy a hablar de literatura. O al menos de libros. Asunto que además me viene muy bien ya que aún no he hablado del Código da Vinci, y no hay sitio en la red donde no se encuentre alguna que otra referencia al susodicho.

En realidad respecto de tal obra voy a extenderme poco. Literariamente hablando (por no entrar en discusión religiosa): su argumento, estilo, construcción de personajes, verosimilitud, etcétera, se pueden resumir en tres palabras: Es una mierda.

Con esto concluyo la referencia al panfleto en cuestión y paso a la obra de la que les quería hablar. El otro día compré, no sin recelo, otro best-seller que se anunciaba con estas palabras “El libro que en Estados Unidos recomiendan leer tras El Código da Vinci”. “¡Más miedo! -me dije- ¡No sólo lo equiparan al bodrio del Dan Brown sino que además lo recomiendan en Estados Unidos!”.

A pesar de eso lo compré. “La Ecuación Dante”, rezaba el título. La autora una tal Jane Jensen. El resumen de la contraportada me pareció interesante, aunque no esperaba gran cosa. Me llamó la atención sobre todo que no anunciara secretos eclesiásticos sino judaicos. “¡Mira! –pensé- ¡esto sí que es raro! Vamos a ver por dónde sale”.

Total, que comencé con escepticismo, continué con interés creciente y terminé devorándolo en dos largas noches. No les voy a destripar el argumento, sólo les diré que el libro es mucho más de lo que anuncia. Se nos está vendiendo como una de tantas secuelas aprovechadas del panfleto davinciano lo que en realidad es una dignísima obra de ciencia ficción plausiblemente tramada, bastante bien ambientada, muy bien basada científicamente, suficientemente bien escrita, y desde luego mucho más digna de encomio y de lectura.

No está destinada, desde luego, a convertirse en ningún hito de la literatura estadounidense, pero al menos entretiene de forma convincente. Por favor, si alguien tiene la tentación de perder el tiempo con El Código Da Vinci, que lo pierda un poco menos y se lea La Ecuación Dante. Y que conste que no llevo comisión de la editorial.

22 de junio de 2006

Aquellos animadísimos dibujos

Míralos qué felices, el par de vividores
Mucha gente se queja de los modernos dibujos animados, como ese niño maleducado y salido de Shin-Chan, esa especie de museo de las mutaciones radiactivas que son los Pokemon o esa bola de billar amorfa y alienígena de Doraemon.

Añoramos -decimos- las series de nuestra niñez. ¡Qué valores tenían! -proseguimos- ¡Qué hermosas historias! -continuamos- ¡Cuánto nos enseñaban! -concluimos-.

Pues me dispongo a demostrar, damas y caballeros, la gran falacia que se esconde tras nuestra nostalgia. Tras luengas cavilaciones he descubierto con asombro que aquellos dibujos animados eran iguales o peores que los actuales, mal que me pese reconocerlo. Analicémoslos:

- La vuelta al mundo de Willy Fogg: Una serie cuyo argumento se basa en una apuesta claramente fomenta la ludopatía.

- Marco: ¿Qué pretendía decirnos? ¿Qué es bueno escaparse de casa? Y eso de estar todo el día con el mono… en fin, luego dicen que los jóvenes se drogan. Otro tanto se puede aplicar, por cierto, a Pippi Calzaslargas.

- Los Trotamúsicos: Claramente fomentaban la vagancia y el parasitismo social.

- Heidi: Quería hacernos creer que la vida se resume en corretear por las praderas sin vender una escoba. Su mayor responsabilidad era dar de comer al pájaro, ¡ya ves!

- David el Gnomo: Una serie en la que el bueno es siempre el médico que vive en una hermosa casita y tiene un zorro turboinyección, y los malos son los pobres sucios y con mocos que viven en las cuevas. Claramente insolidaria y burguesa.

- Los mosqueperros: Esa frase de “todos para uno y uno para todos” podría ser un lema del día del orgullo gay.

Otras parejas animales, como Tom y Jerry, Silvestre y Piolín o el Coyote y el Correcaminos nos enseñaban a burlarnos de la desgracia ajena… que además siempre le tocaba al más inteligente de la pareja. Es decir, fomentaban la ignorancia y el gamberrismo.

Eso por no hablar de Barrio Sésamo… ya sé que la idea no es mía, pero: ¿cómo puede ser modelo para nadie un erizo rosa que se pasea todo el día desnudo y luego se pone el pijama para dormir? Luego se extrañaran de las pintas que llevan los jóvenes…

Y si a alguien se le ocurre algún ejemplo más, que lo diga.

21 de junio de 2006

La Mala Reputación

Ese artefacto maldito
Uno se siente un poquitín culpable por no haber publicado nada en una semana… ¡Qué se le va a hacer! ¡No siempre se está igualmente inspirado! De todas formas, gran parte de la culpa la tiene la “rebañeidad”.

(Rebañeidad: Dícese de la característica muy propia del ser humano de sentirse culpable si no sigue las ordenanzas de la mayoría social o rebaño).

El rebaño considera a sus semejantes buenas o malas personas en orden a la adecuación a unas normas sociales. La no adecuación a dichas normas produce inmediatamente los que Georges Brassens denominaba “La Mala Reputación” en la canción homónima.

Una parte principal de esas normas son las relativas a la regulación del horario, cuya máxima inicial es: “A quien madruga, Dios le ayuda”.

Efectivamente, en el rebaño se mide la responsabilidad, la capacidad de trabajo y en general la bondad intrínseca de cualquier miembro por la hora a la que sale de la cama. Dos pecados contravienen, pues, la norma antes citada: levantarse tarde y trasnochar.

Pero si analizamos con detalle esta normativa, veremos lo gratuito de sus juicios. Lo haremos con dos ejemplos.

- El sujeto A se levanta a las siete de la mañana, trabaja de ocho a dos de la tarde, vuelve a trabajar de cuatro a seis, pasa el resto de la tarde en tareas no relacionadas con el trabajo y se acuesta a las diez de la noche. Tenemos, por tanto, ocho horas de trabajo y nueve de sueño.

- El sujeto B, en cambio, se levanta a las diez de la mañana. Trabaja de once a dos. Luego se echa una siesta de tres a cinco de la tarde y trabaja de cinco a ocho. Tras un tiempo de ocio vuelve a trabajar de doce de la noche a cuatro de la madrugada y duerme de cuatro a diez. Suman en total diez horas de trabajo y ocho de sueño.

El resumen es: El sujeto B trabaja más y duerme menos que el sujeto A. De lo que se deduciría en buena lógica que el sujeto A es menos trabajador y más dormilón, ¿no?

Pues no, visto desde la normativa del rebaño, el sujeto A es una persona responsable que, gracias a sus correctos hábitos de sueño, aprovecha debidamente todo el día; mientras que el sujeto B es un vago y un irresponsable que lo hace todo a trompicones y no es digno de la confianza de la sociedad.

¿En qué se basa el rebaño para hacer tales afirmaciones? En conceptos pretecnológicos y atavismos instintivos, de cuando el hombre, como las gallinas se regía exclusivamente por el sol, olvidando que hoy tenemos adelantos como la luz eléctrica.

Y yo cuando mejor escribo es de madrugada. Que, como decía Brassens "Yo no pienso, pues, hacer ningún daño queriendo vivir fuera del rebaño".

Pero no siempre se puede ser un sujeto B impunemente. Y es que, como sigue diciendo la canción: “En el mundo, pues, no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado".

15 de junio de 2006

Elogio de Caín

Caín corroído por la envidiaPor lo visto hoy se había convocado una manifestación de profesores de secundaria. Al menos eso es lo que he oído en la radio mientras Sigfried calentaba la sopa de mi frugal colación (el chuletón venía luego, pero eso no hace al caso).

– ¡Cáspita! (he exclamado educada y mentalmente) ¿De qué va esto?

Y he aguzado el oído tras ordenar a mi mayordomo que se estuviera quieto con los cacharros.

Así me he enterado de que los profesores de Castilla la Mancha se quejaban de algún nuevo reglamento emanado por la consejería de turno. Parece ser que según ese reglamento: 1/ Sus funciones de vigilantes del alumnado (sí, he escrito vigilantes, es lo que hay) deben extenderse más allá del horario lectivo. 2/ Los alumnos, a través de cauces democráticos y modernísimos, podrán tomar parte en el establecimiento de normas de conducta en el aula.

Triste y desalentado he escuchado la conclusión de la noticia: los mismos sindicatos convocantes reconocen el fracaso de la convocatoria. “Por supuesto, -he pensado-, si la inspección te monta el pollo y te abre expediente por tener la osadía de no llegar al instituto por la minucia de hallar un palmo de nieve en la carretera, imagino que por secundar una huelga pueden someterte a torturas como escuchar la discografía completa de David Bisbal”.

Pero esta noticia que me ha dado pie para la página de hoy es sólo la punta de ese iceberg a la deriva en que se ha convertido el sistema educativo español; también llamado el “Cuento de las Tres Mentiras”, porque

a) ni es sistema (un sistema debe ser estable y ordenado, y no el arma arrojadiza de los politicastros del momento).

b) ni es educativo (también decían en la radio que nuestro nivel educativo es más bajo que el de Bulgaria o Rumania, aunque nos consuela saber que superamos el de Portugal y… ¡Malta! –menos mal-).

c) ni es español (porque el programa –ahora se llama currículo-, la normativa, los sueldos y los temarios de oposiciones los fijan ya las comunidades autónomas).

Y al hilo de esa noticia, y del despido de la universidad de mi admirado escritor Enrique Gallud Jardiel me he hecho la siguiente reflexión histórica, que les dejo aquí para su ilustración, valoración y digestión:

Antaño la sociedad premiaba al buen estudiante. Todos los padres presumían de las notas de sus hijos, a los que dichas calificaciones auguraban un futuro halagüeño. Los niños y los adolescentes, en mayor o menor medida, procuraban aprovechar los estudios, y el que no lo hacía se sabía condenado al ostracismo de los analfabetos, a que la gente lo mirara mal por no haber sido capaz de sacarse el graduado. Temían un suspenso como un rayo y repetir curso como un pedrisco. Aquellos padres que no habían podido terminar la primaria por auténtica falta de medios en todos los niveles, obligaban a los niños a estudiar en el colegio y eran capaces de los mayores sacrificios por enviar al hijo al instituto, por lejano que éste estuviera. Y los que podían enviarlo a la universidad… ¡oh musas, oh lares!… ¡Era la máxima dicha de la familia! Señalemos de paso que el buen estudiante varón gozaba de un cierto ascendiente sobre las féminas, que veían en él un compañero responsable al que arrimarse con intenciones nupciales. Y si era la chica la que destacaba en los estudios, se alzaban sus logros como estandarte del feminismo.

Pero llegó la democracia: ¡¡¡Todos somos iguales!!! Y como tontos, vagos y delincuentes ha habido y habrá en todas las épocas, nuestros geniales políticos se dijeron: ¿cómo aplicar la igualdad en la educación? Y dieron con la solución entre comisión y mariscada.

- ¡Señores! –dijo un pedagogo que había sido contable- ¡Aplicaremos el método, por demás científico, del mínimo común múltiplo! Si los tontos no pueden dejar de ser tontos, los vagos no quieren dejar de ser vagos y los delincuentes no dejan de delinquir, convirtamos a todos en tontos, vagos y delincuentes.

Y así nació la LOGSE bajo el lema: “¡El niño…!” No, perdón: “¡El Alumno es el protagonista, no el objeto, de la enseñanza!” Y con el alumno sus padres. Y con los padres las limpiadoras, los bedeles, y un gato que pasaba por allí (le llamaron personal no docente). Y se inventaron los consejos escolares.

Y en cuanto a esa panda de malvados fascistas de ideas reaccionarias llamados profesores (rebautizados como personal docente en un claro ejercicio de igualdad con el personal no docente), empeñados en constreñir el libre desarrollo de la personalidad del alumno, que no se atrevan a dudar de la buena intención del mismo, que, si no estudia, el fallo es de los docentes, que son unos carcas, y de los programas, que están mal hechos, y de los libros, que no se entienden, y de la historia, que está mal escrita, y de las ciencias, que son un rollo, y de la lengua, que es un galimatías.

De aquellos polvos vinieron aquestos lodos: los colegios y sobre todo los institutos se han convertido en corrales de ganado donde se encierra a los alumnos para que no molesten en su casa. El que aprueben o suspendan es lo de menos, ya que con tres o cuatro suspensas pasarán al curso siguiente, y gracias a ese milagro llamado promoción automática, también los que suspenden once pasarán de un curso a otro por no dejarlos atrás, pobrecitos. De ese modo, a ese alumno inoportuno y discriminador que quiera destacar sobre los demás se le quitarán las ganas de estudiar, pues verá que el resultado final es el mismo. Y a aquel nene gracioso y zangolotino a quien su creatividad sugiera escupir al profesor, fumarse unos porros en clase o pintar de mierda (literalmente) los pasillos, se le dejará en paz, en aras de su correcta integración en la comunidad educativa.

Los padres y madres y progenitores y progenitoras y personal no docente decidirán cuál es el horario más adecuado y las posibles sanciones a aplicar en caso de falta, por supuesto. Que no se piense el personal docente que, por el simple hecho de haber aprobado una carrera y unas oposiciones está más cualificado o es mejor que el resto. (No sé si he dicho que todos somos iguales).

Así, en esta escala social tan moderna y tan democrática, donde se premian el chanchullo, la ignorancia, el caciquismo, la descalificación, el insulto, la estafa, la ociosidad y el gusto al cuerpo, los alumnos que salgan de nuestras aulas estarán perfectamente preparados para asumir su rol. Por supuesto, algunos irán a la universidad, donde perpetuarán el sistema en una adolescencia eterna repitiendo primero una y otra vez. Y si, después de tan magno esfuerzo de igualación, algún elemento egoísta y malvado insistiera en ser mejor que los otros y se atreviera a conseguir un título universitario, el sistema democrático lo condenará al paro, para que aprenda que no es más que nadie ni tiene más derechos por haberse matado a estudiar.

Y por eso vienen que ni pintados aquí estos versos de Machado, al que hay que darle más razón que a un santo:
Caín mata a Abel con una quijada de burro que encontró allí al lado

La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal…
¡Gloria a Caín!, hoy el vicio
es lo que se envidia más.



Porque como demuestra ahora la LOGSE, la culpa de su propio asesinato fue de Abel. Por trepa, por egoísta y por insolidario.