3 de junio de 2006

La primera cocacola, otro día


Once de la mañana. Terminadas mis primeras ocupaciones hago una pausa y abro la primera coca-cola del día. Espero que, como dice el anuncio ese del viejo con apellido de maleta, semejante bebida -que consumo a razón de litro diario después del cólico hepático que me causó mi anterior tasa de siete tazas de café- quite el óxido, y no tenga otros indeseables efectos secundarios (eso de que disuelve el oro es claramente una campaña de desprestigio organizada por Pepsi, puesto que no puede haber ningún imbécil que haya hecho la prueba de disolver su anillo de boda)

Claro que, pensándolo bien, si me provocara un cáncer o algo así podría demandar a los fabricantes y forrarme, como hacen otros con el tabaco. Ya me estoy imaginando las latas del futuro: con una esquela que ocupe medio bote diciendo "Beber coca-cola puede ser causa de una piorrea lenta y dolorosa". Yo es que me parto.

Reviso el correo del día, navego por mis páginas predilectas, dejo algún post con bastante mala leche... Así, descargados en la red mis bajos instintos, puedo volver a salir a la calle con una sonrisa y, como decía Libertad, esa amiga de Mafalda: "Verás que divertido es ir por ahí desentonando con todo el mundo".

Con la cafeína y las burbujas va entrando en mí la desidia, que como dijo el Arcediano de Moya, "no es pereza ni es dejadez, sino una combinación de ambas". Mientras en mi despacho se acumulan los papeles y en mi fregadero los cacharros sin usar, mientras languidecen mis plantas, yo me dedico a escribir estas cosas... Apenas empiezo a publicar y ya pienso: ¿Merece la pena traer un nuevo blog al mundo? ¿realmente todos los que nos convertimos en osados autoeditores tenemos algo interesante que decir? Quizá no.

Al final siempre queda la misma pregunta: "La lata... ¿está medio llena o medio vacía?"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por este "hijo" que has tenido. Espero que lo críes con salud; Habrá que celebrar el bautizo.

Anónimo dijo...

Hey|Que bien...jejeje, algun sitio aceptable, ejem, para poder "EXPRESAR", lo que nos venga en gana...

Escritor en el Tejado dijo...

Sí, gilti, pero.... ¡cuidado! ¡más de mil soplaorejas velan por nuestra "seguridad"!

Anónimo dijo...

Seguridad...no se si esa palabra me da tranquilidad o intranquilidad...pufffff....que sudor frio me recorre en este momento el cuerpo..JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA