2 de junio de 2006

En las horas de la noche


En estas horas luminosas de la madrugada los espíritus y las musas campan a sus anchas sobre los tejados de la aldea... Horas propicias para escribir, para escuchar el piano sublime de Tete Montoliú, y también, por qué no, para empezar con este diario postmoderno que es un blog("moderno" por el uso de la técnica y "post" porque se publica).

Tantas cosas se pueden decir a estas horas... y tantas estupideces, sobre todo, amparado por el silencio y el anonimato... Pero de todo esto ya habrá tiempo. Se ventea en el aire el aroma de un verano aún por estrenar. Y un verano siempre es un verano, aunque algunos no tengamos vacaciones propiamente dichas. Habrá mucho que ver y mucho que escribir sentado en mi tejado. O eso espero, al menos.

2 comentarios:

Borboletamarela dijo...

Hay muchas horas propicias para hacer laguna actividad placentera: leer, reír, conversar, contemplar...
Me gustó tu texto. Saludos.

Borboletamarela dijo...

Jejeje, perdón, en lugar de "laguna", era "alguna".