9 de octubre de 2006

Psicofonías Cibernéticas

Como te descuides tu pantalla acaba asíComo último capítulo -por el momento- de mi serie de artículos sobre “internetología” (y es que también me salen enganchados, como las cerezas), quiero manifestar mi profunda indignación -estoy seguro que compartida por mis lectores- por la invasión a la que nos tiene sometida la publicidad en internet.

En los comienzos de la red, se insertaba publicidad en las páginas web. Sin más, al estilo tradicional. Textos y links (vínculos) que desde la página que estabas visitando intentaban convencerte para llevarte a negocios o compras más o menos relacionadas con el tema del que se tratara.

Más adelante se inventaron aquello de los banners, que eran como los vínculos de antes pero con imágenes y texto en movimiento. A veces flotaban sobre el texto de la página, lo que los hacía bastante incómodos.

Viendo que los usuarios no sólo no compraban ni el palo de una escoba, sino que en la medida de lo posible no volvían a la página en cuestión, los publicistas se sacaron de la manga los pop-up; que eran como los banners pero se abrían por encima de la página visitada. Eran bastante difíciles de cazar cuando uno los perseguía con el puntero del ratón; pero al fin uno, ayudado de diversos programas ad hoc conseguía eliminarlos.

Y de repente los ingeniosos programadores rizaron el rizo y se inventaron los pop-up independientes y sonoros, que se abren a traición, en una página independiente, y sin relación alguna con lo que en ese momento estás haciendo.

Este tipo de publicidad no sólo es sumamente molesta, sino que provoca situaciones tan surrealistas como la siguiente:

Estás leyendo el último artículo de Juan Manuel de Prada mientras escuchas la cantiga 159 de Alfonso X el Sabio:

“Non sofre Santa Maria de seeren perdidosos
os que as sas romarias son de fazer desejosos.

E dest' oyd' un miragre de que vos quero falar,
que mostrou Santa Maria, per com' eu oý contar,
a us romeus que foron a Rocamador orar
como mui bõos crischãos, simplement' e omildosos…”

Y de repente te salta, sin saber de dónde, la Paulina Rubio cantando:

“Ni una sola palabra
ni gestos ni miradas apasionadas
ni rastro de los besos que antes me dabas”

Lo que, mezclado con la música medieval suena como un coro de demonios. Y cuando uno se pregunta si su ordenador no estará poseído y empieza a buscar en Google el número de un exorcista, se abre en pantalla completa un anuncio de tonos para el teléfono móvil.

No sé ustedes, pero yo preferiría lo de la posesión diabólica. Sería la solución más sencilla. Porque por más agua bendita que le echo al ordenador, no creo que vaya a conseguir que los pop-up dejen de atosigarme.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La solución: Usa firefox y te olvidarás de los pop-ups.

Y si ademas quieres olvidarte del resto de la publicidad, la extension AdBlock Plus es la solución

Igrein dijo...

Ya te digo... no se que más van a inventar. Ya solo falta que te salga un tío por la pantalla y te intente convencer de que compres ,tipo "The Ring" con miedo y todo porque seguro que nos pegan unos sustos...
Un beso!

Pete Vicetown dijo...

Ja,ja,ja,ja
Tendríais que ver mi cara la primera vez que me pasó algo así.
Muy buena observación.
Muchas gracias por tus visitas!
Ah! Espero ansioso y espectante el relato del que me he escapado.
Saludos.
Pete

Gubia dijo...

Tengo un amigo que casi se muere del susto cuando su ordenador empezó a avisarle con voz de trueno "Atención atencion..." y le soltó un rollo.
El pobre casi se muere; dice que se llevó un buen susto porque la voz venía del más allá.
Ni tanto, le respondí.

Anónimo dijo...

¡Ay bonico! Cuánto te agradezco que me hayas aclarao las cosas.
¡Vamos, por lo que cuentas, sería un banner o un pop-up de esos el que me tuvo asustaíca la otra noche un buen rato!

Verás, estaba yo visitando al señor Cigoña (¡Qué bien habla el el hombre! ¿verdad?) cuando de pronto empiezo a oír el latido de un corazón -¡Bom, bom!, ¡Bom, bom!-
.Oye, que parecía el de un elefante propiamente.

Me quedé quieta oyendo, por si era el mío que me avisaba de que hasta aquí he llegao. ¡A mis años cualquiera sabe!... Pero no. Aquello salía del ordenador. Me asusté tanto,que el mío propio debió sentir envidia y ¡ala! los dos, ¡Bom,bom!, ¡Bom, bom!. No me acuerdo, pero debí llamar a la cría pequeña de mi Julianica, a Gaia,que casualmente estaba allí porque quería comer cocido.

Total,que oye el ¡Bom, bon!, ¡Bom, bom!, coge el ratón, sube la barra verde p'arriba y me veo un corazón como un fresón, tan propio él. ¡Qué sonaba como uno de verdad!

¡Ala, tía Clementa - me dice la guacheja tan campante - ya te lo he quitado. Ya puedes seguir! Y se va.

¡Jesús, qué cosas! Pero no me dió ninguna explicación. Gracias, hermoso.Ahora ya me has dejao más tranquila.

Un abrazo.

Dulcinea dijo...

totalmente de acuerdo contigo.
Y a mi, también me pega cada susto la voz de alguna que se pone a charrar así de repente, mientras yo estoy a lo mio..que...si le tuviese delante en ese momento le metía.

Bueno, un saludito nocturno

Anónimo dijo...

Escritor, comprendo tu enojo, fastidio, así como las pestes que puedas echar cuando la Paulina te joda tus "Cantigas" con sus "Cantagatas".

La solución Mozila Firefox no es mala , ese viejo 'zorro' te las foguea sin piedad. Creo que también el Explorador del señor Puertas tiene la opción de eliminar los 'pop-ups', no sé si también esos a-po(p)sitos que mencionas.

Descubrirás nuevas sopresas para completar tu tratado de 'internetología.

Un saludo