1 de julio de 2006

Voluntarios remunerados

Cobrando voy, cobrando vengo...
Quisiera tranquilizar a mis lectores asiduos (creo que tengo alguno por ahí). La SGAE no me ha procesado por mi artículo anterior. De momento. Simplemente he estado en otros tejados desde donde no he podido escribir. No obstante regreso a casa con material más que de sobra… tengo varios temas en el tintero, pero me quema en los dedos especialmente un revolucionario descubrimiento. Hoy les voy a hablar del invento del siglo: el voluntario remunerado.

Hasta hace poco (dos días) uno en su bendita inocencia creía saber definir el moderno concepto de “Voluntario”: Esas personas que, principalmente durante las vacaciones, es decir, fuera del trabajo, prestan su apoyo a diversas organizaciones con fines altruistas (voluntarios de Cruz Roja, cooperantes en África, estudiantes de arquitectura en campos de trabajo, limpiadores de chapapote, monitores en campamentos parroquiales…) sin recibir normalmente más pago que la comida del día, una cama o saco donde pasar las noches, un ambiente más o menos lúdico donde hacer nuevos amigos y, lo mejor de todo, la íntima satisfacción de trabajar por una buena causa sin pensar en cosas tan viles como “nómina”, “trienio”, “horas extra”, etc.

Era clásica la pugna entre “remunerados” y “voluntarios”. Los primeros acusaban a los segundos de intrusismo, falta de cualificación, ausencia de compromiso estable, etc. Al contrario, los voluntarios acusaban a los remunerados de burócratas, distantes de la realidad o falta de compromiso profundo. En cualquier caso, los límites estaban bien acotados.

Así, por ejemplo, a ningún monitor de un curso estival de idiomas que hubiera sido contratado por la empresa organizadora y como tal cobraba por sus servicios se le ocurría ponerse la misma etiqueta de “voluntario” que a los seminaristas que desempeñaban gratis la misma labor en el campamento cercano.

Sin embargo, hace un par de días, en mi periplo por esos tejados del mundo, descubrí que los voluntarios de cierta asociación para la recuperación de la memoria histórica no son tales voluntarios, sino meros currantes a quienes la memoria histórica en cuestión puede traérsela tranquilamente al pairo porque a lo que van allí es a ganarse los garbanzos del verano.

Inmediatamente pensé: ¿En qué puede beneficiar a esta gente el ponerse la etiqueta de “voluntario”? Y yo mismo (a menudo me asombro de mi lucidez) me dí respuesta en el siguiente silogismo:

- Una asociación de ese cariz no puede presentarse en sociedad con visos de ánimo de lucro, entre otras cosas porque de ser así no percibiría las jugosas subvenciones que nuestro desgobierno socialistillo está deseando desembolsar a ese tipo de gentes.

- Por otra parte, muy pocas personas en su sano juicio tienen ganas de pasarse el verano a pleno sol removiendo huesos que les importan un carajo y además gratis.

- Conclusión: hay que sacar las subvenciones para poder pagar a gente que cave tumbas, como se les podía pagar para servir copas, que a ellos tanto les da con tal de cobrar. Y la única manera es presentarlos como “Voluntarios”.

Pues nada, yo también me apunto como voluntario a la asociación por la recuperación de la memoria histórica de la tauromaquia. Por el sueldo del mes ahora mismo firmo donde haga falta que me llamo Islero. Soy, voluntariamente, la reencarnación del toro que mató a Manolete.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Escritor:
Antes de mi comentario al magistral análisis del "neovoluntariado", quería declararme uno de tus lectores asiduos.

Y puesto que soy tu lector asiduo de forma voluntaria, quiero decirte, voluntariamnete, que una vez más llevas razon.

Hoy día se le llama voluntariado a cualquier cosa que parece cumplir un razonable interés social. Esto significa que la palabra "voluntario" ya no dota de una caracteristica al sujeto "persona" sino al objeto "actividad", lo cual....es una absoluta sandez.

Parece ser que lo que prima es quedar bien, y para eso basta con decir que realizas una actividad de voluntariado, pese a que tu cuenta corriente se engorde con esa actividad.

¿Satisfación personal? Los neo volunatrios no sabe que es eso,porque el materialismo ha congelado sus mentes.

He decir que además conozco el tema de cerca y son muchos los "voluntarios" que se presentan ante los juzgados de lo social reclamando, de su ONG o Asociación, algo que dicen ser su derecho: El reconocimiento de una relación laboral, y el correspondiente salario.

En fin, ¿donde vamos a llegar?

Escritor: ¿pro que no invitar a un seminarista a tu tejado para que nos ilustre un poco de lo que es, en realidad el voluntariado?

Un abrazo

Gubia dijo...

Y yo en mi inocencia que pensaba que eso del voluntariado era algo en plan "buen rollito" y "buena gente"..menudos mangantes, como díría mi padre.
Por cierto, genial la historia de la abuela y su mesita de noche, me encantó.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno. ¡Puro debate! Veamos. Yo soy voluntaria de la Cruz Roja desde hace unos 10 años, y sobre todos estos 3 últimos que estudio enfermería en su universidad... A veces me han dado un sobre con 20euros después de haberme pasado 3 semanas ordenando y etiquetando juguetes en navidad. O después de haber conseguido más de 100 personas en la unidad móvil de donaciones. O por impartir clases de Educación Sexual a adolescentes que lo único que hacen es mirarme las tetas... O por pasarme 2 días sin dormir, sentada frente a un teléfono, apuntando números de cuenta y cantidad de dinero que quieren donar porque ha habido un terremoto en Asia. Yo todo es lo haría sin que me dieran nada, pero una mínima compensación a parte de la satisfacción personal, también es algo. Evidentemente no lo hago por dinero, pero se agradece que alguien te de una palmadita en el hombro, te de las gracias y te de 10 euros por los servicios prestados.