18 de septiembre de 2006

Manual para asar sardinas

Sin comentariosA los archipámpanos del Islam no se les escapa ocasión alguna para desatar las iras de sus secuaces contra occidente, utilizando como excusa las más variopintas oportunidades, ya sean unas caricaturas de su profeta o la cita de un texto medieval en un discurso del Papa. (Ya se sabe que cualquier texto fuera de su contexto se puede convertir en un pretexto).

No voy a citar aquí las palabras exactas de Benedicto XVI (para leer el discurso completo, pincha AQUÍ). Quien ya las conozca, podrá darse cuenta de cómo han sido tergiversadas por nuestros amigos los del Corán y las bombas para sus turbios fines, que no son tan turbios, por otra parte, sino bien claros: Conquistar el mundo para el Islam -como manda su profeta- por medio de la yihad o guerra santa. Para lograr eso todo vale. (¡Cuidado con las fiestas de moros y cristianos, que son la próxima excusa!).

Lo peor, pues, no es la salvaje reacción islámica, fundamentalmente porque de los Mohamé-y-no-me-toques se esperan acciones de tal jaez en este caso o en cualquier otro que se les antoje (lo que no hace sino dar la razón a aquel emperador bizantino, Manuel II Paleólogo, citado por el Papa). No, lo pésimo, como señala mi admirado Juan Manuel de Prada en su artículo de hoy (léelo AQUÍ) ha sido la reacción de personajillos varios de nuestro panorama nacional.

El papa no es estoEn primer lugar, la de nuestro particular Payaso de Asuntos Exteriores, el "menistro" Moratinos (o Desatinos), que se ha apresurado a explicarle a sus amigos que el Papa ha pedido perdón. Pues no. El Papa ni hace el oso, ni es un osito mimoso.

Según la declaración hecha pública el pasado sábado por el Secretario de Estado, cardenal Bertone: “El Santo Padre está, por tanto, vivamente disgustado/afligido (dispiaciuto) de que algunos pasajes de su discurso hayan podido sonar como ofensivos a la sensibilidad de los creyentes musulmanes y hayan sido interpretados de un modo que no corresponde en absoluto a su intención”.

Por su parte Benedicto XVI durante el Ángelus de ayer, domingo, aseguró “En este momento deseo solo asegurar que estoy profundamente triste (vivamente rammaricato) por las reacciones suscitadas a raíz de un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Regensburg”. O sea, que son las intrepretaciones torticeras y las reacciones desmesuradas lo que aflige al Papa, no su discurso.

A Moratinos, pues, habría que colgarle frente a los ojos un cartel con esta espléndida frase de Antonio Machado "Si cada español hablase de lo que entiende, y de nada más, habría un gran silencio que podríamos aprovechar para el estudio”.

Eso por un lado, pero por otro tenemos el ruin artículo publicado ayer en El País por un tal Juan Luis Cebrián, a la sazón académico de la lengua y consejero delegado de la Hermandad de Jesús del Gran Poder (Grupo PRISA y Jesús Polanco, en la jerga civil), que en lugar de cargar contra el terrorismo musulmán carga, como siempre, contra la Iglesia Católica, y de paso contra la historia de España.“Sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista ibérica, podríamos -¿quién sabe?- haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina”, dice el académico esgarramantas (AQUÍ el artículo completo).

A nuestra caterva de socialistos se les ha olvidado que el Papa Juan Pablo II, en nombre de toda la Iglesia, ya pidió perdón (aquella vez sí) por todo eso que tanto les gusta recordar, en una ceremonia celebrada durante el Jubileo del año 2000 (véase AQUÍ), hecho que recuerdan y reconocen, aun a regañadientes, hasta los propios musulmanes (en ESTA página web).

No, no es propio de nuestros gobernantuchos reconocer con gallardía los aciertos del contrario. Es más útil manipular la historia e inventarse otra que justifique su famosa alianza de civilizaciones, que a su vez no es sino una forma peregrina de justificar su forma de desgobernarnos. Me pregunto si de verdad piensa el académico esgarramantas que sin la Reconquista, España sería ahora diferente en algo a Indonesia; o si Europa, sin la victoria de Lepanto entre otras cosas, no se llamaría ahora “Emiratos Europeos Unidos”.

Sardinas españolas, leña vaticanaPero… qué preguntas más tontas me hago. Estos tipos quieren hacer de España su sardinada particular. Por tanto, crea o no el tal Cebrián sus afirmaciones, la cuestión aquí es aprovechar la trifulca de los moros con el Papa para hacer leña del árbol caído. Estos desgraciados necesitan esa leña para seguir alimentando la hoguera en la que arriman el ascua a su sardina.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente tu artículo! Tal y como se están poniendo las cosas, que a poco que nos descuidemos vamos a acabar todos mirando a la Meca, a la pobres de a pie, que somos la inmensa mayoría, parece que hoy por hoy no nos dejan más que patalear. Así que pataleemos a gusto.

Por ello, me vas a permitir, querido escritor, que me traiga aquí el post de otro bloguero, que viene muy a cuento con tu artículo de ayer ( Yo es que no se utilizar lo de pincha AQUÍ , para que lo lea quien sienta curiosidad )
Está escrito por D. Fcº José Fernández de la Cigoña y dice así:

Menos mal que el Papa le hizo caso a Moratinos.
"La Iglesia estaba perdida. El Papa había metido la pata y se había precipitado en el descrédito universal. Nuestro ministro de Asuntos Exteriores, tan católico él, tan de misas él, que sólo las abandona si el cura critica al PSOE, decidió salvar a la esposa de Jesucristo.
Y llamó al Vaticano. ¿Está el Papa? Soy el ministro de Exteriores de Rodríguez Zapatero. Y le debieron mandar al Senegal. Pero él estaba decidido a salvar la Iglesia y a Benedicto XVI, un pobre patán de Baviera a quien el cargo le venía grandísimo. E insistió: ¿Podría ponerse entonces con ese nuevo, un tal Cartone, Tortone o como se llame? Soy el ministro de Exteriores de España, la que ha mandado su Ejército al Líbano y lidera la Alianza de Civilizaciones. En esta ocasión la telefonista era una monjita uruguaya a la que le sonaba aquello de la Madre Patria y llamó al secretario de un minutanti de un capo ufficio del sotto-segretario per i Rapporti con gli Stati.
El minutanti, sin perder por un momento la tranquilidad imperante en la Curia pensó en decirle a la monja que lo mandara a hacer puñetas. Pero luego pensó que no era eso lo que le habían enseñado en la Academia Pontificia y preguntó:
-Hermana, ¿dijo como se llamaba ese señor?
-Me parece que Desatinos, contestó la religiosa en un italiano con acentos del Río de la Plata.
Al minutanti aquello de Desatinos le sonó. En una ocasión había oído a un Consigliere di Nunziatura de 2ª classe que así llamaban al minstro de Exteriores de España y comunicó la llamada al capo del protocollo, que, por si acaso, trasladó el asunto al Sustituto per gli Affari Generali.
Monseñor Sandri, tras soltar primero un ¿para qué llamará este boludo?, se puso al teléfono.
-Caro ministro, le dijo con ese acento argentino que tanto tiempo en Roma no había conseguido borrar. ¿A qué se debe el honor de su llamada?
-¿Quién es usted?, preguntó desabrido nuestro ministro, amostazado por la larga espera.
-Soy el arzobispo de Cittanova, encargado de los asuntos Generales. El cardenal Bertone, a quien le encantaría hablar con usted, en estos momentos está despachando con el Santo Padre y no puede ponerse, pero yo le atenderá en lo que pueda con muchísimo gusto. Mentía descaradamente pues acababa de dejar al cardenal en su despecho.
-Habrá leído usted, arzobispo, ¿me dijo que era arzobispo?, las lamentables declaraciones del Papa sobre el mundo musulmán. Mundo en el que usted sabrá soy un gran experto dada mi gran amistad con Arafat, que me consideraba un hermano. He tenido el enorme placer de besarle varias veces en la boca.
Sandri no disimuló un gesto de asco, y dijo en voz imperceptible: pelotudo de mierda...
-Por supuesto, mi caro amigo, en el Vaticano se aprecia muchísimo la labor que viene haciendo con el mundo árabe.
A Moratinos se le dibujó una sonrisa satisfecha. Por lo menos ahí reconocen mi categoría, pensó.
-Pues, como le digo, al Gobierno de España le preocupa mucho esa metedura..., bueno, quiero decir ese gran error del Papa en su discurso de Ratisbona y pensamos que, por su bien, y por el de la Iglesia, debe pedir perdón inmediatamente y atender los sentimientos del mundo musulmán tan heridos por las lamentables palabras del Papa.
-Querido ministro: descuide usted que el Santo Padre tendrá inmediatamente noticia de los nobles propósitos que expresa y que hará lo imposible por atenderlos.
La conversación terminó con amables palabras de despedida.
Lo que monseñor Sandri dijó al colgar el teléfono es irreproducible. Y en un tono tan alto que el secretario, que estaba en el antedespacho, entró alarmado por si ocurría algo.
-Niente, niente, dijo ya calmado el arzobispo.
Moratinos, muy satisfecho de la gestión, preguntó al subsecretario.
-¿Quién era ese con el que hablé? Te darías cuenta de lo enérgico que estuve.
El subsecretario le informó del alto cargo vaticano de su interlocutor con lo que el ministro rebosaba contento
-Entérate de si tiene ya la Gran Cruz de Isabel la Católica.
Después vinieron las declaraciones: El Papa ha pedido disculpas. Ya no hay que darle más importancia al asunto. Y pensó, aunque no llegó a decirlo: si no hubiera sido por mí el Papa no habría salido de esta. Aunque una inquietud nubló su rostro. ¿Y si Zapatero se me cabrea por haber salvado al Papa de ese berenjenal en el que se había metido?
Evidentemente es una reconstrucción, animus iocandi, de lo que ocurrió. Unas cosas son ciertas. Otras podrían haber ocurrido".

Pues eso. Y como ya comenté en el otro blog: pero que paupérrima imagen da nuestro señor Desatinos (no tiene otra), como fiel reflejo de nuestro Desgobierno en pleno!
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El señor Cebrián, para ser académico de la lengua, parece desconocer el significado de la palabra Reconquista. Quizá por ello la adorna con el adjetivo de insidiosa.
Elucubrar sobre lo que podría haber sido y no fue es un ejercicio de imaginación, no cabe duda. Pero la cruda realidad de la falta de alianza entre los paises árabes, a mí me parecen un dato significativo de lo que podría haber sido la España de nuestros días, sin la "insidiosa Reconquista ibérica".

En cuanto a las manifestaciones que alguien hace en Occidente, ¡ya está bien de tener que andar pidiendo disculpas a ese hatajo de bestias!
¡A saber las arengas que se hacen contra Europa, para que veamos semejantes reacciones totalmente desorbitadas!
Si ésta es la "Alianza de Civilizaciones" que impulsa el señor Zapatero, que se aliance con su acérrimo y académico admirador y nos deje un poquito fuera, por favor.

Douce dijo...

Querido y admirado Escritor,
Estoy viendo que desde la altura de un tejado se ven mejor y más cosas que los que no salimos de la calzada y vemos las cosas un poco más a rás de suelo. Gracias por tu sensato y 'documentado' artículo. Porque podría ser artículo de cualquier periódico con más justicia de algunos que leemos.

No voy a tocar los variados puntos que mencionas en tu texto. Por ejemplo pasaré olímpicamente por las 'doctas opiniones' del bufón de don Polancone. No se merece más comentarios.

Respecto al revuelo que se ha formado allá y aquí sobre las frases 'seleccionadas' del discurso del Papa. Algunas observaciones.

Es lógico que ante las reacciones violentas que han suscitado, el Papa haya querido matizar y aclarar el contexto de las frases objeto de la polémica porque pueden recaer en personas que viven cercanas y cercadas por esos bárbaros fanáticos, pero creo que hay que insistir en que cualquier Religión que induzca a la intolerancia a que su Dios pida 'venganza', 'ira', 'guerras' no es una Religión es un adoctrinamiento suicida. Me dan miedo las verdades absolutas y lo que a veces generan.

El silencio cobarde de los estados europeos también es muy triste y cobarde y no hará más que se crezcan los que estrellan aviones, despanzurran trenes y metros, o hacen saltar por los aires Hoteles o discotecas, en nombre de no sé qué dioses o profetas.

Me dan muchísimo miedo esos dioses justicieros que piden esas cosas.No quiero ningún cielo, ni nigún dios que acoja en su seno a pilotos suicidas, a los que se inmolan en un autobús o en un tren para ganarse el paraíso.

Gracias por tus textos, aprendo mucho en ellos.

Monsieur de Sans-Foy dijo...

Venid a darnos estopa,
Miradnos...Mirad a Europa:
¡Qué sociedad decadente!
Veréis cómo se desploma...
Tenéis dentro MUCHA gente,
no cuatro, siete ni veinte
de los hijos de Mahoma:
Poned Europa al revés,
que aquí NADIE va hacer NADA
para pararos los piés.


Un afectuoso saludo

Anónimo dijo...

Ha sido un placer para los sentidos, como muchas de sus reflexiones y de sus aguafuertes, haber leído este artículo.
Para el Alma, el del Papa. Celebro que brille esa luz. El de Prada, la desesperación de un abogado y de este lector ante un juez que ha perdido el "logos".
El que falta, la ramplonería, el academicismo barato, la vanalidad, el sectarismo, las majaderías, los sofismos y, para que nos vamos a engañar, la falta de capacidad para comprender, no es que merecieran esta línea, pero, qué más da. Decandete.....

Sandra Texeira dijo...

Primero lo de los caricaturistas y ahroa esto. La verdad nunca entendere bien porque tiene que ser portadores de tanta violencia. Lo más paradójico es que mientras pensamos que ellos son terriblemente "raros" ellos piensan exactamtne lo mismo de nosotros.
Saludos desde Perú.