11 de octubre de 2007

Useless


¿Hay algo más inútil que tratar de enseñar inglés a un enjambre de críos que ni siquiera saben utilizar correctamente el castellano?

Sí.

Predicarle ejercicios espirituales al mismo enjambre de críos que tienen lo espiritual tan desarrollado como el cerebro de Paris Hilton.

¡Con la de cosas útiles que tiene uno que hacer... qué desperdicio!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que la mayoría deben quedarse como si le hablaras en chino.Pero si lo piensas un poco es normal. ¿Qué base religiosa han tenido esos chicos hasta llegar a un seminario?

En el mundo "civil" ocurre otro tanto. Y hasta sexto de primaria, va que va. Pero tú bien sabes que en cuanto llegan al instituto, la religión es un tema que les interesa muy poco.

Consecuencia de esta sociedad en la que tienen la desgracia de estar creciendo.

Tómatelo con calma. En el quinto dónde sólo doy matemáticas acaba de aterrizar otro niño rumano que no tiene ni idea de español. Lo han sentado al lado de un AC, también rumano y un jeta integral, que hace las veces de traductor.
Cada vez que le pido que le traduzca a Vasili algo, no sé que le dirá, pero ambos me miran de una forma que parecen estar quedándose conmigo. Vasili asiente, me mira y se sonríe. ¡Qué simpático!

Tú, al menos, no tienes la barrera del idioma. Seguro que si cambias de tercio y les hablas de algo que les interese te entienden a la perfección

Llevémoslo con paciencia. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues la verdad, señor Escritor, mis más de cuarenta años dando clase, no son suficientes para poder responder rotundamente si es útil o i-nútil la labor que está tratando de hacer. La experiencia ajena no sirve de nada en estos casos.

Hasta el curso pasado, me he enfrentado a casos similares a los suyos o los de Rosamunde, y hasta el final he creído que no era del todo 'inútil' lo que estaba haciendo por mucho que lo que veía me empujara a ello. Sigo creyendo que no es del todo inútil por muy mal que veamos -con muchísima razón - a lo que debemos enfrentarnos.

Por desesperante y descorazonador que nos parezca y lo sea la realidad que nos ha tocado, no podemos dejar de creer en que nuestro esfuerzo, nuestro inmensa paciencia, nuestros justos cabreos, son valiosos, valiosísimos, aunque sólo sea para que sirvan de contraste, con la dejadez, el pasotismo, la incultura, la ausencia de valores puramente humanos, no ya religiosos, que esta sociedad del consumo y del 'todovale' está produciendo.

Su esfuerzo diario no es 'useless', esté seguro.Es la barrera que queda para que no nos desborde por completo la Barbarie.

Kim Basinguer dijo...

bueno, no te quejes, que es más dificl que un hombre encuentre algo en su propia casa ó pregunte una dirección...

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJA.....POR DIOSSSSSS!!!!!

KE BIBA LA KURRRTURAAAAA!!!!!!

JAJAJAJAJAJAJA

UN ABRAZO ENORME..

Rictus Morte dijo...

Una vez escuché que aunque sólo fuera mentar a Dios en una conversación, algo quedaba.

Creo que hay que pensar más sobre los efectos que nos han producido a nosotros cosas parecidas, aunque no les echáramos cuentas en aquel momento.

A mí cada vez me atrae más la teología, empiezo a entender que el único conocimiento verdadero es el conocimiento de Dios. Pero he sido también niño y en meditaciones bostezaba, en la misa jugaba y me reía en el confesionario, esperando mi turno.