3 de marzo de 2008

Escritor, camisa vieja


El lunes pasado, ZP y Maricomplejines Rajoy anduvieron por la tele tirándose los trastos a la cabeza. Parece ser que media Expaña los contempló embelesada, como si de un combate de boxeo se tratara. Y yo, que soy así de original, estuve paseando por la playa, que me parece una forma mucho mejor de gastar el tiempo.

Me han dicho que hoy, a estas horas, están con el segundo round. Mientras tanto yo acabo de pasar tan ricamente una hora de "carnaval", recordando ante el espejo las varias formas de hacer el nudo de la corbata (simple, cruzado, Windsor, medio Windsor...), sacando del fondo del armario mis camisas de cuando no vestía de luto y probando ante el espejo varias combinaciones de ambas prendas.

No, no penséis lo que no es. A pesar de lo "contento" que me tiene últimamente mi "empresa", el baile de disfraces ha sido sólo para decidir qué ropa me pongo en la obra de teatro que tengo que representar con los chavales de mi tutoría el mes que viene.

Pero en fin, me parece que al final los señores candidatos y un servidor nos hemos dedicado esta noche a lo mismo: a meternos en camisas de once varas.