23 de mayo de 2007

Maravillas Autonómicas

Sanitat non per tots
Yo nací más o menos al tiempo que las tan cacareadas autonomías. Y para empezar (me da igual que me llamen facha), diré que semejante invento siempre me ha parecido un camelo.

Ya me lo parecían a la tierna edad de nueve años cuando en el colegio, según el plan de estudios de mi comunidad autónoma, me hicieron aprenderme la altura del Corocho de Rocigalgo en lugar de la del Teide. Y con los años mi opinión no ha mejorado.

Pero lo que en la infancia no pasaba de ser una brillante intuición se va confirmando no con opiniones ajenas escuchadas en la televisión o leídas en un diario, sino con perlas como la siguiente acumuladas en mi vivir cotidiano:

Diez de la mañana de hoy: mi compañero de piso en Valencia se va a urgencias a que le miren un bulto que le ha salido en la oreja.

Once de la mañana: llamo al susodicho para preguntarle qué le han diagnosticado, y me cuenta que lleva esperando una hora a que le atiendan, mientras una recua de sudamericanos van entrando antes que él porque, por lo visto, los extranjeros tienen preferencia (¡¡Tela!!).

Una y media de la tarde: Vuelta a casa. Llamo de nuevo al paciente y me cuenta (bastante cabreado, todo sea dicho) que aún no le ha visto el médico, sino que le han mandado a otro edificio a hacerse una tarjeta provisional porque la suya (de Castilla-El Lamparón) no vale en la tierra de las flores, de la luz y del amor.

Dos y media de la tarde: Mi compañero, cuatro horas después, llega al piso echando chispas porque le han cobrado treinta euros por un antibiótico y un antiinflamatorio.

- Imposible -le digo-, si con las recetas se cobra sólo el treinta por ciento.

- Es que no me han hecho receta.

- ¡¡¡¿Y eso?!!!

- Porque las recetas no las pueden hacer en urgencias, tengo que ir a mi médico de cabecera.

- Bueno, ¿te han dicho por lo menos qué es ese bulto?

- Sí, un quiste graso.

- Ya. Y con los antibióticos te va a desaparecer, ¿no?

- No, esto es sólo para que no crezca hasta que me lo extirpen.

- ¿Y por qué no te lo han quitado allí mismo? ¿Tiene que hacerlo un especialista?

- No, lo puede hacer cualquier médico. Pero para eso también tengo que ir al de cabecera.

- .... ¿y qué vas a hacer?

- Contratar mañana mismo un seguro privado.


Moraleja: España antes era (o al menos así parecía) una, grande y libre. Y ahora son diecisiete, pequeñas, y mezquinas. Así nos luce el pelo.

19 de mayo de 2007

Excusatio non petita

Y los de la operación malaya sueltos por ahí
Ya me he llevado varias broncas por no actualizar La Rueca en dos meses, así que hoy vuelvo a las andadas.

Pero que conste que no estos dos meses de silencio no han sido sólo cuestión de pereza.

Lo que ocurre es que un par de días después de publicar mi último post, La Rueca llegó a las 10.000 visitas, y ante tamaño éxito la emoción me embargó.

Como en el embargo iban incluídos el ordenador, el sueldo de Sigfried, y un tupper-ware de lentejas caseras, no pude escribir y además me quedé en ayunas.

¡Imaginen el disgusto!