28 de septiembre de 2006

Ingeniosos Hijosdalgo

En esto nos hemos quedado con el centenario
Tras mi última pataleta decidí cambiar de aires para sosegar mis ánimos. Pero como, tras las vacaciones estivales, el peculio anda algo mermado, decidí hacerlo en tierras cercanas; así que encargué a mi fiel mayordomo Sigfried que me preparara un viaje aceptable por las provincias limítrofes.

Sigfried, que es muy apañado, se puso a buscar por Internet posibles destinos y alojamientos mientras yo repasaba las nociones básicas de Noética Escolástica Aristotélica, que últimamente las tengo un poco oxidadas.

En estas estábamos cuando Sigfried se presenta en mi estudio con pálido semblante.

– ¿Qué te ocurre, buen Sigfried? ¿Has visto un fantasma o han vuelto a subir los tipos de interés?

– Señor… no sé cómo explicárselo. Mejor que venga usted mismo y lo vea.

– Ahora estoy ocupado, dime qué sucede.

– Lo siento, Señor, pero... verá... esto no lo va a creer si no lo ve con sus propios ojos -insiste-.

Yo, que ya me estaba comenzando a asustar, me coloco ante el ordenador y leo en la página de turismo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha:

“Castilla-La Mancha, tierra que universalizó Cervantes…”

¡PLOM!

(dos frascos de sales más tarde…)

– ¿Qué hago en el suelo, Sigfried?

– Se desmayó usted, Señor. Me parece lógico.

– Cancela lo de las vacaciones, Sigfried, nos quedamos en casa.

Aterrado corro a la biblioteca. Saco de su anaquel la edición del Quijote de Francisco Rico preparada por la Real Academia con ocasión del IV Centenario de la obra. Leo la portada: “Don Quijote de la Mancha”, proclama.

Confuso aún consulto también la edición impresa por Juan de San Martín en 1730: “Vida, y Hechos del Ingenioso Cavallero Don Quixote de La Mancha”, asegura.

Yo pensaba que nuestros bienmamados políticos se conformarían con reescribir la historia. ¡Qué ingenuidad! También hay que reescribir la literatura y, si se tercia, la geografía. Cervantes (un centralista vendido a Madrid, sin duda) falseó la realidad en el título de su obra. Don Quijote era de Castilla-La Mancha. Y esa secular omisión hay que enmendarla

Ingeniosos ellos, se empieza por convencer al público (bastante inculto en general, no me lo nieguen) de que Castilla-La Mancha ya existía en tiempos de Cervantes. A continuación se llenan las cinco provincias de molinos y de rutas (ficticias, huelga decirlo) que recorrió el Caballero de la Triste Figura. Acto seguido se organizan carísimos saraos donde airear el asunto ante periodistas, empresarios y políticos del ramo.

Supongo que lo siguiente será eliminar en el texto toda referencia extra-castellanomanchega, para lo cual propongo a nuestros ilustres próceres regionales un par de ideas:

1.- La derrota de D. Quijote a manos del Caballero de la Blanca Luna en la playa de Barcino (Segunda Parte, cap. LXIV) se puede situar, por ejemplo, a orillas del Canal del Trasvase Tajo-Segura, para dejar constancia histórica de lo antiguo y legítimo del mismo.

2.- El vizcaino que acomete a D. Quijote en el capítulo VIII de la primera parte puede transformarse en un exministro albaceteño que diga “Si promesaj arrojaj y votoj sacaj al agua cuán prejto veráj que el gato llevaj” (a fin de cuentas el vizcaino no hablaba tan mal castellano, en comparación con lo que se estilla ahora).

Eso sí, los habitantes de Quintanar de la Orden (Toledo) pueden continuar felices y contentos por aparecer en la historia y levantar en la plaza del pueblo un monumento a ese personaje que Cervantes inmortaliza en el capítulo IV de la primera parte: Su ilustrísimo paisano Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar… todo un ejemplo para el castellanomanchego de hoy.

El orgullo del pueblo

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola, amigo escritor! Te mando mi comentario justo desde la patria chica de Juan Haldudo. No soy quintanareña pues ví la luz un Martes Santo oyendo los tambores que ascendían por Alfonso VIII, pero conozco de qué estás hablando.

Ser quintanareño no es malo ni mucho menos. Lo malo es ser “quintanaro” y la estadística vivencial arroja un número mucho más elevado de éstos que de los primeros. Puedo asegurarte que, por rama directa o indirecta, descienden todos del personaje tan magníficamente retratado por Cervantes. Los conocía bien.

A estos descendientes de Juan Haldudo se les pueden aplicar unas cuantas máximas:
• Haz bien, pero mira a quien.
• Tanto tienes, tanto vales, y si no tienes por ahí se sale.
• Sólo eres mi amigo mientras exprimo tu ombligo (En tiempos pretéritos, las faltriqueras se llevaban ocultas muy cerca de esa parte de nuestra anatomía).
• Toda la vida vecino en Quintanar (no oriundo), más forastero siempre serás.
• El timo de la estampita lo inventó una “Piedaíta”.
• La tienda no es p’a mirar, aquí se viene a comprar.
• A misa, “a la de doce”, que hasta Dios te vea pues es un goce.
• En Madrid, La Moraleja; en Quintanar, su pareja. (“Adquiera una magnífica vivienda de lujo. Dará categoría a su vida”).
• Con los ”dichos”, desafiantes; con los “hechos” claudicantes”
• ¡Ooooye, “pitoooorra”, qué “bolos” son los de la “chooooorra”.

Eso sí, también tienen cosas mejores que estás pobres máximas refraneras de mi cosecha. A saber:
• Un vino “Clavelitos”, la mar de peleón.
• Un parque lineal (que llega hasta la piscina municipal) creado para el solaz de humanos, perros y bicicletas, con la misma sombra en verano que el desierto del Sahara. (Los castaños, olmos, acacias y otras especies umbrosas les dan yuyu)
• Unas chuletas de cordero mejores que las de nadie, que para eso se las alimenta con “buenos dineros” y no con rica hierba verde del campo (“plebeya eya”), entre otras cosas porque aquí no hay.
• Una calle peatonal hermosísima, que ya quisiera la de Preciados poder descalzarla.
• Dos colegios privados con uniformes de diseño “made in APA” - que no van a ser menos que los de “Las Damas Negras” -.
• Un “guarda de la garrota”, celoso vigilante de un precioso parque con sus “Plaza de la Fuente de las Palomas”, que los quintanaros cuidan con esmero, sin permitir risas y juegos infantiles - no digamos ya inocentes castillos de arena e inofensivos triciclos -, usado principalmente como fondo de fotos de bodas y bodorrios de la villa.
• La “Gran Avenida Industrial y Comercial “con sus pasos elevados en forma de pirámide truncada”, que pienso yo que la transito todos los días, si el concejal de urbanismo será dueño en su vida privada de un taller de neumáticos. (Aquí todo se hace a lo grande).

Por tener, tienen más cosas. Es cierto que hasta existe una calle pequeña, escondida y sub-secundaria dedicada al “caballero” (Haldudo) que los ha hecho mundialmente famosos.

Monumento o museo en su honor (para exhibir la encina - el árbol del pasaje citado por Cervantes, la pretina con la que azotaba Haldudo a Andrés, su criado, y la lanza que tenía de reserva), no. Y me juego lo que quieras a que si realizas una encuesta para comprobar cuántos lo conocen, la mayoría te contestarán: “No séeee; vecino mío, nooo. No me sueeeena… - y con desdén: - Debe ser forasteeeeero.

Aquí El Quijote no se lee mucho. No te digo que no forme parte de alguna de las bibliotecas que se compran al peso para decorar el salón, siempre que los lomos hagan juego con el color de las cortinas y quepa dentro de la “boiserie” – y no estoy citando precisamente una viñeta de “Mortadelo de la Mancha” del genial Ibáñez -. Es algo real. Lo sé por vivido.

Se ojea el “Hola”, que resulta muy práctico como revista de decoración para las viviendas de lujo, y se lee “La Encina” – la revista local (También es su árbol heráldico) si apareces en algún evento – procesiones con teja y mantilla, cenas homenaje, excursiones de la “asociación de amas de casa” al Corte Inglés… -.

Debo decir – y ahora con todo respeto - que la Biblioteca Municipal es muy completa y no me consta cuál porcentaje de usuarios es mayor, si oriundos o forasteros.

(Ya lo decía mi abuela: Mari Ro, si te muerdes la lengua te envenenas. ¡Ea! Hay que llamarle al pan, pan, y al vino, pues eso, vino).

En fin, si una vez repuesto de tu estupor, te quieres dejar caer por “este pueblo cervantino”, precioso por otro lado; bien comunicado con el Este – La Manga y Marina D’Or, ciudad de vacaciones - y el Oeste – Madrid, capital de la aún España -; con un cielo sin paisaje como dijo Azorín cuando visitó La Mancha, pero que tiene su encanto, sobre todo por las hermosas puestas de sol; un retablo parroquial del siglo XVIII - con un Santiago de la Espada, huérfano de moros por aquello de la incorrección - muy digno; un Paseo arbolado – “De los Nacionales” aunque no aseguro que siga llamándose así - lleno de terrazas con buen ambiente si te va la marcha, que se dice ahora, y varios rincones recoletos y apacibles con sabor a tiempos pasados, aquí tienes tu casa para lo que mandes. Serás muy bien recibido.
Saludos.

Tamaruca dijo...

¡Qué fuejte! En mi familia somoj de Quintanar -bueno, ellos, que a mi ya decidieron "expulsarme al país de las maravillas" en otras tierras con menos molinos de viento y más cachirulos-.

He disfrutado mucho leyéndote, un saludo afejjtuoso. ¿Dónde puedo conseguir un Sigfried? ^^'

Anónimo dijo...

Sustituido el centralismo madrileño por el centralismo del secarral, pegando Cuenca y Guadalajara a este pastiche con mucha menos base histórica que el Capitán Trueno...menudo empacho de "Cultura pluriquijotil" (con permiso de Don Arturo)...

De Atienza a Alvaráñez,muchos que la identidad manchega la tenemos floja creemos viable una Ruta del Cid que también incluyese a Guadalajara y a esa Alcarria de mi Cuenca que para los políticos del secarral no es rentable (mira por donde, su agua sí pero en Ciudad Real).

Claro que el Cid no era manchego. Sólo castellano, qué vamos a comparar.

Sobre la elección cervantina de escenario geográfico, no alargo el comentario y me largo a consultar unas citas... pero vuelvo.

Anónimo dijo...

Henos de vuelta (no de Pravia), para autorizar el testimonio de una injusticia histórica: La Junta castellano-manchega le debe un homenaje a Quevedo.
También puso su granito de arena en inmortalizar La Mancha :
a) Proemio a “La aguja de navegar cultos”, contra el estilo gongorino (1.631):
Quien quisiere ser culto en sólo un día
La jeri (aprenderá) gonza siguiente:
fulgores, arrogar, joven, presiente,
candor, construye, métrica armonía;
(…)
Que ya toda Castilla
con sólo esta cartilla
se abrasa de poetas babilones
escribiendo sonetos confusiones;
y en la Mancha pastores y gañanes,
atestadas de ajos las barrigas,
hacen ya cultedades como migas.

b) “Itinerario de Madrid a su Torre” (Romance. Vs. 41…52))
Al fin salí de Toledo // para la Mancha, confuso,// cuando la alba lloraduelos// gime los egidos mustios.// En esta tierra el verano// va hecho un pícaro sucio,// sin árboles y sin flores, //que aún no se harta de juncos. //Allí primavera ahorra// lo que en Madrid gasta a bulto;// anda abril lleno de andrajos// y el propio mayo desnudo.

c) Del cap. V de “Historia de la vida del buscón…” leemos la puerca novatada que los estudiantes de Alcalá gastaron a Don Pablos: …y en las toses y abrir y cerrar de bocas vi que se me aparejaban gargajos. En esto, un manchegazo acatarrado me hizo alarde de uno terrible, diciendo: - Esto hago.

En fin, no me consta que fuese de Quevedo la perla lírica que hasta hace unos años adornaba un muro en Las Pedroñeras, junto a la carretera a Las Mesas (pueblos de la Mancha conquense): En un lugar de la Mancha Don Quijote una meá echó y salieron unos ajos mú gordos. Por eso tires p’arriba tires p’debajo de Pedroñeras son los ajos. Como no constaba pie de autor, no descartemos la autoría de nadie.

Queda demostrado que como mínimo dos de nuestros genios del Siglo de Oro conocían y ensalzaban la Mancha. Reivindiquemos un homenaje a Quevedo, manchego universal. Lo merece.

Anónimo dijo...

A Tamaruca:
"¡Qué fuejte! En mi familia somos de Quintanar" Así comienzas tu post.
Espero que tu familia sea quintanareña. Si es así, mi más profundo respeto y un afectuso saludo. Pero no cambio ni una coma de mi comentario; ese que te pareció tan fuerte. En mi pueblo se dice que " el que dice la verdad, ni peca, ni miente". Así que a la verdad me atengo.
Explicas que tus padres decidieron "expulsarte del reino de las maravillas".¡Ni te imaginas las maravillas que hay!

No sé el tiempo que lleváis sin dejaros caer por este vuestro pueblo. Así que lo más probable es que no conozcáis las últimas innovaciones, como la "Gran Avenida Industrial y Comercial", que ya cité. Lo cierto es que está quedando preciosa para pasear a pie - lo tienen peor los coches, con las pirámides truncadas rojiblancas, que lo único bueno son los colores "cebrianos" por eso de recordarme a mis "colchoneros").

Lo malo es que sólo han hecho un trozo, y el otro lleva esperando desde las Navidades pasadas ( se les acabarían los dineros, digo yo). A lo mejor, como vamos a entrar en años de elecciones, deciden reanudar las obras. Aquí algunos estamos espectantes. Por lo del voto.
Pero la última maravillas de las maravillas se inauguró hace poco.
No sé si tus padres o tú misma recordáis la hermosa Plaza del Ayuntamiento que había. En el centro contaba con un jardincillo y una fuente preciosa, que arrojaba su líquido elemento como las típicas y obsoletas fuentes de toda la vida.(Compárense con la de Cibeles en Madrid, o Picadilly Circus en Londres;todas las de los Campos Elíseos en París...)

Vuestro pueblo va en vanguardia puesto de honor. La Plaza actúal deja ver todo el espacio a su alrededor y se pueden celebrar en ella concentraciones, mítines, actos de protesta y otros pluri- variados que puedan acontecer. La fuente antigua y los hermosos árboles,la verad es que no permitían tales cosas. Todo ello ha sido sustituído por una solitaria encina en un espacio estéril,unos bancos diseño IKEA,y un enrejado en el suelo que arroja unos chorritos de agua de dos palmos de altura. No me consta si sustituyen (?) a la anterior o ha cascado una tubería permanentemente.¡Horrorosa!
No hace falta que me des las gracias por ilustrarte y ponerte al día. Ha sido un placer.
Saludos

Anónimo dijo...

Recuerdo (hará unos 15 años) que paseando con unos compañeros por el puente de San Pablo, de Cuenca, pudimos oir cómo un guía explicaba a un grupo de turistas que las célebres Casas Colgadas eran "de estilo castellano-manchego" y no se me olvidan las miradas de algunos de ellos ante las ostentóreas risas de uno de mis acompañantes, natural de la capital conquense. Ea.

Anónimo dijo...

¿No serían de eJtilo caJtellano manchego? ¿No diría laJ casaJ colganteJ?

¡Hay que hoderse con nueJtra identidaJ inJtitucicional!

Independencia y puerto de mar para mi marginada tierra, ya mismo.

Anónimo dijo...

Admirable manera de postear.
Mis respetos